México tiene prisa

Mientras los nubarrones internacionales vuelven a azotar las economías en desarrollo, en nuestro país los cielos se abrieron para brindarnos más sólidas esperanzas hacia el futuro inmediato, toda vez que la unidad y la certidumbre para que las cosas sí sucedan, se hicieron presentes al asumir don Mario Sánchez Ruiz, la Presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), en cuya ceremonia refrendaron sus compromisos los factores de la producción y los Poderes de la Unión.

Y como muestra de ello, basta advertir el presidium de lujo, encabezado por el Presidente de la República, Felipe Calderón, en donde destacó la presencia del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña, así como la del presidente del Congreso del Trabajo y secretario General de la Confederación de Trabajadores de México, Joaquín Gamboa Pascoe, junto a los presidentes de los organismos cúpula del sector privado, Salomón Presburger (Concamin), Jorge Dávila Flores (Concanaco), Gerardo Gutiérrez Candiani (Coparmex), Claudio X. González (Consejo Mexicano de Hombres de Negocios), Juan Carlos Cortés (Consejo Nacional Agropecuario), Juan Ignacio Gil Antón (AMIS), Valentín Díez Morodo (COMCE), José Méndez Fabre (AMIB) y Vicente Yáñez Solloa (ANTAD).

Acompañados por los expresidentes del CCE, Armando Paredes Arroyo y José Luis Barraza, además de las gobernadoras Ivonne Ortega Pacheco (Yucatán) y Amalia García Medina (Zacatecas), así como los mandatarios estatales Guillermo Padrés Elías (Sonora) y Juan Manuel Oliva Ramírez (Guanajuato), a la par del presidente del INEGI, Eduardo Sojo, y la coordinadora de los Diputados del PAN, Josefina Vázquez Mota.

En ese inigualable encuentro por el progreso y desarrollo de nuestro país, el nuevo presidente del CCE, Mario Sánchez, advirtió que los mexicanos “ya no podemos esperar más. Éste es el momento de actuar. Nada ni nadie puede estar por encima del interés colectivo de nuestra Nación”, por lo que urgió a concretar lo más pronto posible “una reforma hacendaria sustentada en esquemas de tributaciones simples y eficaces, que otorguen certeza jurídica y amplíen la base de contribuyentes, que no sólo significa que más paguen impuestos, sino que más mexicanos tengan la posibilidad de hacerlo”.

Fue en este significativo acto donde se sepultó a la generación del NO, al advertirse que “sí es posible modernizar al país para crecer más y generar más empleos mejor remunerados, sí podemos posicionarnos en los mejores lugares de los índices de competitividad, sí podemos acrecentar y retener el talento de los mexicanos, y además sí podemos abatir la pobreza”.

Oportunidad que tampoco fue desaprovechada por el Presidente Calderón, quien invitó a los líderes del país ahí presentes a unir esfuerzos, “a que no desistamos y que ahora que lo que sembramos está dando resultados, nos permita avanzar más rápido y más firme hacia una Patria generosa, próspera y ordenada… para seguir impulsando las transformaciones que requiere nuestro querido México”, ese que tiene prisa por confirmar que efectivamente hoy más que nunca, lo mejor está por venir.