México tiene prisa

Hoy como nunca, la solidaridad entre los mexicanos tiene que demostrarse en los hechos, con el propósito de reactivar a uno de los sectores más nobles, productivos y altamente ecológicos, como lo es el turismo; México, al igual que todos los países, está sufriendo los efectos de la desaceleración económica, en donde naciones como España y Francia, que son naturales receptoras de turismo a nivel mundial, también enfrentan una severa contracción turística debido a la recesión económica global, por lo que no podemos mantenernos ajenos a ello.

 Da mucho gusto ver que los mexicanos estamos actuando consciente y solidariamente, en la medida de nuestras posibilidades, a través del Presidente de la República, de la Secretaría de Turismo, de los gobernadores de todas las entidades de la República y del sector privado en pleno, quienes a través del programa Vive México, se invita a que los mexicanos salgamos de merecidas vacaciones junto con nuestros hijos, ahora que comienza el periodo vacacional, para que conozcamos y reconozcamos la riqueza interminable que tiene nuestro país a lo largo y ancho de su territorio.

 Y eso porque tenemos destinos no solamente de montaña y colonial, sino también de sol y playa, por cierto abundantes en todos los sentidos, desde Puerto Vallarta y el Golfo de Cortés (con ese acuario natural que lo distingue), pasando por el Golfo de México y el Caribe mexicano, o qué decir de Acapulco, el destino turístico por excelencia, al igual que las playas de Oaxaca, y otras tantas que todavía no se descubren, incluso en Jalisco; adicionalmente tenemos turismo cultural, religioso, gastronómico e incluso ecológico, por lo que vale la pena que hoy como nunca, enseñemos a nuestros hijos a querer a nuestro país, pero para quererlo primero tienen que conocerlo.

 Es por eso que los invito a que tomemos el medio de transporte que se encuentre a nuestro alcance, acompañados de nuestra familia, nos organicemos muy bien y aprovechemos para disfrutar a nuestro país y compartir el cariño y enseñanza de padres a hijos, con respecto a nuestra tierra y sus enormes bondades para quienes la habitamos.

 Una cercana convivencia de familia por carretera, en donde sin parar vamos descubriendo las bellezas naturales que tiene nuestro país, créanmelo, se convierte en una experiencia inolvidable para todos. En mi casa así lo hicieron mis padres conmigo, así lo hago con mis hijos, y créanmelo, somos unos enamorados de nuestro país, y en consecuencia estamos convencidos de que nuestro México tiene mucho que dar a sus propios connacionales, al igual que a los visitantes de otras latitudes del mundo. En consecuencia, hoy como nunca tenemos que ser corresponsables con México, y así como solidariamente lo disfrutamos en familia, reactivando a nuestra economía y sector turístico, no olvidemos que también México tiene prisa de promover sus bondades al resto del mundo, en la firme convicción de que lo mejor está por venir.


(rapo@rapo.com.mx)