México oportunidad y debilidad

México es país de contrastes. Conviven riqueza y pobreza junto a la diversidad cultural que se mezcla con la ignorancia crónica en amplios segmentos sociales. Nuestra mejor arquitectura luce al lado de la marginación social. Es contrastante nuestra visión de futuro: la desesperanza que producen la violencia incontrolada, la corrupción y la incapacidad del sector público; junto a la visión de una nación que se encamina a ser actor mayor en el mundo por su cultura, dimensión y potencialidad.

El desánimo es un elemento a vencer en todos los esfuerzos que se hagan por México. Buena parte de la opinión pública ha dejado de ver nuestras fortalezas y oportunidades por mirar sólo la crisis de desigualdad y violencia. La clase política ha fallado en crear esperanza y visión.

Somos la economía 12 del planeta, el territorio con la tercera mayor diversidad biológica, la mayor nación de habla hispana en tamaño de su producción. El mayor exportador de América Latina. Somos potencialmente ricos, realmente medianos. Nos ha faltado la decisión de ser más fuertes distribuyendo mejor nuestra riqueza.

Esta gran nación es presa de la corrupción social. Un mal que se manifiesta en impunidad, violencia, simulación y extravío de sus valores sociales. Tenemos las condiciones para emerger, contamos con los recursos necesarios, es indispensable levantar la mirada a un horizonte amplio y en función de él tomar las decisiones. Seremos sin duda la principal potencia de América Latina y el motor del mundo hispano americano. Corresponde a la sociedad mexicana tomar conciencia de nuestra verdadera dimensión y responsabilidad en el mundo. Muchos mexicanos jóvenes piensan así y exigen asumir esas decisiones.

Para la mayor parte de los grandes actores en el mundo, es claro que nuestro papel geopolítico en el futuro será cada vez mayor. Por eso es que continúan por ejemplo, los proyectos de inversión como El Peñasquito, un mina que contiene oro, plata, plomo y zinc que será operada por Goldcop con una inversión de mil 500 millones de dólares, y que incrementará 25% la producción de plata del país y 30% la de oro. Mientras que en El Arco, otro proyecto minero de Grupo México, significará incrementar 200 mil toneladas la producción de cobre anual. Estas noticias contrastan con las más de 17 mil muertes por ejecuciones violentas.

La consolidación de las oportunidades se dará combatiendo la debilidad institucional y la fragilidad del Estado de derecho. Para ello es necesario encauzar la energía social acumulada en la justa inconformidad de millones de mexicanos que están fuera de los procesos de mejora económica. Crear caminos de ascenso social eficientes, que generen esperanza es la responsabilidad de los líderes actuales. Si no lo hacen pronto, seguramente serán sustituidos por otros que serán capaces de mirar más lejos.

Probablemente estos nuevos líderes no vendrán de los partidos y las estructuras políticas tradicionales, sino de expresiones más auténticas de la sociedad, lo que representa simultáneamente oportunidad ante la debilidad institucional a la que debemos estar abiertos.