Lunes, 07 de Octubre 2024
México | En 2011, 11 mil personas murieron por hambre

México, entre multimillonarios y la pobreza extrema

En el país hay 11 ciudadanos con más de 1,000 MDD, y el 46% de la población carece de la alimentación necesaria para sobrevivir

Por: EL INFORMADOR

Un estudio reciente del Unicef y el Coneval revela que más de la mitad de niños y jóvenes del país viven en condiciones de pobreza. ARCHIVO /

Un estudio reciente del Unicef y el Coneval revela que más de la mitad de niños y jóvenes del país viven en condiciones de pobreza. ARCHIVO /

CIUDAD DE MÉXICO (08/ABR/2013).-  Si uno se atiene a las estadísticas oficiales sobre el número de personas que mueren por hambre en México, se infiere que en los tres primeros meses de lo que va de 2013 han fallecido en nuestro país dos mil 070 mexicanos, lo que significa que a lo largo y ancho del país está dejando de existir en promedio una persona cada hora por no tener los recursos suficientes para comprar comida.

Esa estadística se obtiene con base en los datos que aportó el Presidente Enrique Peña Nieto cuando, el pasado 21 de enero, dio a conocer la Cruzada Nacional contra el Hambre. En esa ocasión el mexiquense destacó que en 2011 habían muerto en México 11 mil personas por desnutrición; es decir, dicho en un lenguaje sencillo y directo: por hambre.

Especialistas en el tema, como el investigador del Colegio de México (Colmex), Julio Boltvinik; la diputada panista y ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Beatriz Zavala Peniche, y Armando Contreras Luna, secretario de Alianzas y Relaciones Políticas Nacionales del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), consideran que la cifra podría ser mucho más elevada.

Lo mismo opinan Adolfo Sánchez Almanza, del Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y la diputada del PRD, María del Socorro Ceseñas, dado que ese número fue obtenido por la Presidencia de la República de los datos generador por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), una institución que basa sus estadísticas por las defunciones que registran las instituciones de salud oficiales, sin co ntabilizar los fallecimientos de mexicanos que se dan en las localidades más recónditas del país, donde no hay centros médico asistenciales.

En este contexto, la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Rosario Robles Berlanga, ha dicho que el problema de la pobreza y el de la desigualdad social es una de las principales preocupaciones del Gobierno. Pero todo apunta a que la brecha entre los menesterosos y la elite que concentra la riqueza cada vez será más ancha y, en consecuencia, la cifra de fallecimientos por hambre continuará incrementándose.

Esto se infiere por la apatía que manifiestan tanto el gobierno como los poderes fácticos para abatir de tajo la creciente desigualdad que frena el progreso y la justicia social, consideran expertos en el tema.

Los críticos opinan que la Cruzada Contra el Hambre es una medida de corte asistencialista que, desafortunadamente, fallará como tantos otros programas oficiales aplicados en los últimos 70 años para acabar con la pobreza.

Como argumento recuerdan que en 1944 se instrumentó el Programa de Abasto Social de Leche. En 1971 se impulsó el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe). En 1972 se pusieron en marcha, a través del Instituto Nacional Indigenista (INI), los albergues escolares en comunidades indígenas. En 1975 comenzó la entrega de desayunos escolares. En 1980 se dio el banderazo al Programa de Abasto Social. De 1989 a 1994 se aplicó el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol). En 1997 se impulsó el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) y en 2002 nació Oportunidades.

Pero si esas medidas mitigaron en cierta medida la pobreza, lo cierto es que en siete décadas la cifra de menesterosos se extendió a 52 millones, lo que significa que 46% de la población nacional carece de la alimentación necesaria para sobrevivir, mientras que en contraste, conforme a cifras de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), México es actualmente el segundo país con más número de multimillonarios en América Latina, sólo superado por Brasil con 30.

En el estudio de la CEPAL, elaborado por Andrés Solimano y Juan Pablo Jiménez, se afirma que la concentración del ingreso y el patrimonio en una pequeña minoría acentúa la desigualdad social, y que el ejemplo de legitimación social de la concentración del ingreso es el llamado de billonarios, como Warren Buffet, de incrementar sus contribuciones pero, en contraste, “ningún billonario latinoamericano comparte públicamente esta propuesta”.

Pobreza inmoral e injusta


Para el investigador del Colegio de México, Julio Boltvinik Kalinka, uno de los especialistas más connotados en el tema de la pobreza, “algo inmoral e injusto está ocurriendo en el mundo, porque no se logran reducir los índices”.

Asegura que cuando los gobiernos hablan de pobreza, por lo general mienten, y que en este sentido Vicente Fox Quesada hizo “un arte” de eso  e incluso presionó al Inegi para que durante su gobierno disminuyeran los niveles de pobreza.

A Felipe Calderón, explica, ni si quiera le interesó ese problema. Y menciona con ironía: “Eso fue peor, creo que en muy pocas ocasiones sostenía acuerdos con sus titulares de la Sedesol. En cambio a Fox le preocupaba que su Gobierno iba a ser juzgado por la forma en que evolucionara la pobreza, y con trampas hizo que las cifras bajaran”.

Pero, cómo creer al gobierno de Peña Nieto que con la Cruzada Nacional contra el Hambre se resolverá con eficacia el problema del hambre en México, si cuando se dio a conocer esta medida, los legisladores de la oposición y especialistas en el tema de la pobreza colocaron en entredicho las bondades del programa.

La diputada panista y ex titular de la Sedesol, Beatriz Zavala, y Armando Contreras, secretario de Alianzas y Relaciones Políticas Nacionales del CEN del PRD, coinciden al señalar que el programa estaba orientado a fortalecer la imagen de Peña Nieto, “a darle legitimidad a su mandato, bajo un programa clientelar, que busca la compra del voto aprovechando la miseria de millones de mexicanos”.

Por su parte, Adolfo Sánchez Almanza, del Centro de Investigaciones Económicas de la UNAM, explicó que la Cruzada es insuficiente porque no se acompaña de medidas dirigidas a combatir las causas de la pobreza que tienen relación “con el modelo económico que tenemos y que genera esa pobreza”.

En reacción a las críticas, la titular de la Sedesol, Rosario Robles, explicó que la selección de los 400 municipios la había hecho la dependencia con base a las recomendaciones del Coneval. Sin embargo, el director de Análisis de la Pobreza del Coneval, Ricardo Aparicio Jiménez, puntualizó que la institución encargada de medir la pobreza entregó al gobierno un diagnóstico “pero no eligió los municipios”.

En opinión de Aparicio Jiménez, actuario y demógrafo, lo que hace falta en México para abatir el problema de la pobreza es la instrumentación de una política fiscal redistributiva, que comprenda, por ejemplo, “que pague más impuestos, quien cuenta con mayores ingresos”, o como sucede en naciones como Chile, donde las transacciones en la bolsa de valores se hacen con el pago de impuestos, no como sucede actualmente en México.

Comenta que en México no se aplica una política redistributiva ante la oposición de expertos, formados en el neoliberalismo, que consideran que la aplicación de una política de ese tipo desalentaría la inversión y provocaría fuga de capitales.

Al Presidente Peña Nieto le corresponde evaluar si en el segundo periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión turnará ante los legisladores una iniciativa de reforma fiscal que establezca las bases de una política redistributiva o si dicha reforma se circunscribirá sólo a demandar un alza al IVA en alimentos y medicinas.

Para la diputada del PRD, María del Socorro Ceseñas Chapa, lo relevante es que el Ejecutivo federal, antes de presentar una reforma que grave con IVA alimentos y medicinas, es que transparente los esquemas fiscales de privilegio que se les otorga a los monopolios que no pagan los impuestos que debieran.

La legisladora reprocha a la Secretaría de Hacienda la existencia de los llamados esquemas de consolidación y privilegios fiscales, al tiempo que recuerda que en 2007 el Gobierno perdonó casi 74 mil millones de pesos, de los 578 mil millones que empresas de diversas ramas adeudaban, lo que equivalía a 25% de los dos billones 260 mil pesos presupuestados para ese año.

Es por eso que Ceseñas Chapa se pronuncia por seguir el ejemplo de naciones donde los sectores con mayores ingresos pagan un Impuesto Sobre la Renta (ISR), hasta de 50%, porque con ello se ordenarían las contribuciones y aportaciones de quienes obtienen mayores ingresos y así equilibrar los grandes abismos sociales.

Mientras los grandes empresarios no contribuyan al fisco como deben y el Estado no regule el mercado, cualquier acción para abatir el hambre no servirá. Por el contrario se correrá el riesgo de que el comer sea un privilegio, mientras que unos cuanto billonarios seguirán amasando sus fortunas, considera.

Desigualdad, hambre y violencia


Además de los diversos factores mencionados por estos expertos, también destaca el aumento de la desigualdad social, que no solamente genera que miles de mexicanos mueran anualmente por hambre, sino que es detonador de la violencia que lacera el tejido social.

La violencia no es exclusivamente la que se refiere a los grupos guerrilleros que se levantan para combatir la injusticia social. Se presenta también cuando jóvenes pobres prefieren enrolarse como sicarios en el mundo del narcotráfico, o cuando se desintegra el núcleo familiar por penurias económicas y los hijos salen a las calles a “trabajar”, y sufren rechazo e injusticias; o cuando madres de matrimonios disfuncionales padecen acoso y sueldos paupérrimos en sus empleos, y luego reciben agresiones de un marido atormentado por las frustraciones económicas.

Violencia se da cuando los campesinos arriban a los centros urbanos para sobrevivir en condiciones infrahumanas o la padecen los migrantes cuando soportan discriminación y laboran jornadas infrahumanas, sin ninguna prestación laboral ni social, consideran.

Ante este panorama no queda más que brindarle el beneficio de la duda al gobierno de Peña Nieto, que según el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, tiene el firme “compromiso de aumentar el acceso a los derechos sociales a toda la población, disminuir la pobreza y la desigualdad social”.

Sinembargo.mx

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