Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | SERPIENTES Y ESCALERAS POR SALVADOR GARCÍA SOTO

Mensajes desde África del Norte

Las sorpresivas crisis políticas en países del mundo árabe, con sus convulsiones y protestas sociales que ya tiraron a un presidente en Túnez

Por: EL INFORMADOR

Salvador García Soto.  /

Salvador García Soto. /

Las sorpresivas crisis políticas en países del mundo árabe, con sus convulsiones y protestas sociales que ya tiraron a un presidente en Túnez y presionan la caída del sempiterno presidente de Egipto, tienen asombrados y azorados a muchos países de la comunidad internacional.

El despertar democrático y la rebelión popular en sociedades históricamente pasivas y sometidas como las musulmanas —que comenzó a gestarse con la movilización en Irán en junio de 2009 contra el fraude electoral— son fenómenos que tienen resonancia global y que pueden impactar, además del actual orden internacional, a otras sociedades con similares problemáticas.

Si en buena parte de las naciones islámicas del Medio Oriente han comenzado a adoptar “medidas preventivas” al ver lo que sucede en Egipto y han hecho desde reformas importantes hasta renuncias de todo un Gobierno, hay otros países cuyas problemáticas sociales o situación política debiera hacerlos encender los focos de alerta ante los riesgos de contagio de la efervescencia social y política que, ya se ha visto —hasta ahora sólo en países de la región—, puede replicarse con distintas características y modalidades, pero con demandas y reclamos comunes en las calles.

En la parte política, por ejemplo, en China han prendido “focos rojos” ante la posibilidad de que los movimientos sociales y políticos que están presionando cambios de régimen en estas naciones islámicas puedan ser imitadas en una nación que mantiene en la cárcel a un premio Nobel de la Paz y que enfrenta fuertes presiones internas y externas por la cerrazón política y la falta de derechos políticos y voto libre de su población.

El conflicto en el pequeño Túnez, por ejemplo, que terminó con la caída del dictador Ben Alí y sus 23 años ininterrumpidos en el cargo, comenzó cuando un joven recién egresado de la universidad fue retirado de la vía pública a golpes por la Policía porque vendía naranjas al no encontrar un empleo en la carrera que estudió. Tras ser golpeado por la Policía el joven tunecino decidió inmolarse y se prendió fuego para reclamar su derecho al trabajo.

Ahí comenzó lo que muchos han llamado “la revolución de los Jazmines”, una sacudida del mundo árabe que hoy tiene a la misma Casa Blanca intermediando para una transición ordenada y pactada en Egipto, país clave en los equilibrios del conflictivo Medio Oriente.

¿Cuántos países en el terreno social y económico tienen rezagos, desigualdades y déficits que podrían ser reclamados por miles, cientos, millones de personas sin empleo, sin oportunidades, sin justicia o afectados en sus libertades y derechos fundamentales? ¿Le suena a que en México, por ejemplo, están presentes todas esas condiciones?

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