Medios y movimientos sociales

El tema de la relación entre medios y movimientos sociales sigue siendo actual, no obstante su larga historia. Al respecto existe una gran producción literaria. Es, desde luego, un tema complicado y con muchas aristas. Así como los medios pueden ser, y lo han sido, de mucha ayuda, también pueden engendrar grandes riesgos para los movimientos.

Desde los tiempos de las primeras revoluciones sociales, la propaganda y la información han sido consideradas como un elemento básico para el desarrollo de los movimientos sociales, pero también para la dominación y control de la sociedad. Ésta sería una razón básica del porqué prácticamente no ha habido movimiento que no se plantee en el ámbito de la comunicación, de menos, tener un órgano de información y difusión de sus ideas y acciones.

Por su parte, los medios comerciales han sabido vender el proyecto de su necesidad social, y en relación con los movimientos sociales alimentaron esta tesis al grado de pretender que la suerte, desarrollo e incluso la propia existencia de los movimientos, residía en si éstos tenían acceso o no a los medios.

Ideas como las anteriores aún permanecen, en algunos casos tal cual y en otros han sido matizadas tanto en los medios como en los movimientos. Por ello, digo, sigue siendo un tema vigente. Más aún cuando se repite machaconamente que vivimos en una “sociedad mediática”; que los medios son el “cuarto poder”; que éstos tiene la capacidad para dictar la agenda tanto de la sociedad como la del Gobierno.

Estos planteamientos siguen sostenidos básicamente en la idea-fuerza de que existe una relación de dominación insalvable que va del emisor al receptor. El escenario de la interacción, en donde el receptor y el emisor pueden cambiar de lugar, convertirse en el otro y debatir entre ellos, aquí no encuentra cabida.

Entre los movimientos sociales estas ideas han tenido algunos impactos negativos. Uno de los más fuertes por su carga negativa, es la adopción acrítica del planteamiento del vivir en una sociedad mediática. De aquí varios movimientos han interpretado que, entonces, es fundamental moverse en esa dimensión y a partir de tales ideas establecer sus relaciones con los medios. De esta manera algunos movimientos han llegado a considerar que sus acciones son un “éxito” si éstas salen en las planas de la prensa y mucho más si las transmiten en la televisión. Hacer “visibles” a los movimientos o a sus dirigentes, estar en los medios, desde esta perspectiva se ha convertido, en la práctica, en objetivo central, trasladando a segundo término otros procesos que en realidad son más importantes para los movimientos que persiguen un cambio profundo de esta sociedad y que creen que se avanza un poco más en el silencio.