Maldita confusión

El libro del Génesis (11.7-9) dice: “Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros”. Ésa fue la pena impuesta a los humanos por desafiar al Todopoderoso. Lo que no imaginábamos es cómo el castigo divino puede propagarse entre nuestras fuerzas de seguridad que padecen una maldita condición confusa.

Caso 1: El Ejército confunde con sicarios a dos estudiantes del Tec de Monterrey (Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo) y los mata. “Los estudiantes habrían estado del flanco de los militares”. Con tal sintaxis lo informó el secretario de Gobernación. ¿Quiso decir que los mató la metralla de los malos? Falta transparencia y sobra confusión.

Caso 2: La Policía de Santa Catarina le birla un detenido a la Marina (José Humberto Márquez Campean). Éste aparece al día siguiente muerto como perro. ¿Quién lo mató? El secretario de Seguridad, René Castillo, y el jefe de la Policía de Santa Catarina, Eduardo Murrieta, callan. La Armada se deslinda. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos investiga. El silencio ofende.

En México la pena de muerte no existe, al menos en la Ley de leyes. La realidad nos confunde. ¿Cuántas veces las autoridades nos habrán engañado?

En Monterrey y la opulenta zona conurbada las fuerzas del orden, locales y federales, se debaten entre la confusión y la traición. Nadie entiende a nadie; nadie confía en nadie.

En el embrollo de muchos mandos sin mando alguno, los operativos contra el crimen son sinfonías desafinadas; confusas. Resultado: dos mil 188 ejecuciones en el año; 251 en la última semana (datos de Reforma).

EL MONJE LOCO: “Hasta Mefistófeles nos puede dar información, a mí qué me importa…” afirma el “alcalde vengador”, Mauricio Fernández Garza. El munícipe panista de San Pedro Garza García anuncia un plan como en Colombia; que toda la información sobre crimen organizado sea pagada, incluso a cárteles y sicarios, para mejorar la seguridad. (¿?) El líder del Senado se rasca la cabeza...// A propósito de Mefistófeles, anteanoche Enrique Peña Nieto cenó con Emilio Gamboa el “must” del Suntory: un teppanyaki, sin ajo. Emilio estaba esponjado y Enrique, hasta el copete. Ambos con ojo alegre. ¿Se estaban merendando al gabinete? No había gaviotas en el alambre…// Nombramientos presidenciales: Alejandro de la Peña, a Brasil; Francisco Nicolás González, a Alemania; Carlos Alberto de Icaza, a la UNESCO; Mauricio Toussaint, a Toronto; Víctor Manuel Treviño, a Phoenix. El Senado deberá ratificarlos…// Pregunta: ¿Heriberto Félix, de Sedesol, impide la entrega de 800 millones de pesos etiquetados para obras sociales en Veracruz? Nadie sabe, nadie supo…