Los temores de Aristóteles

Desde hace exactamente un mes, Juan Pablo de la Torre Salcedo mira con otros ojos la sala de ex presidentes del Palacio Municipal de Guadalajara. Ese miércoles, este panista de 30 años rindió protesta como alcalde interino, a la salida de Alfonso Petersen.

Apenas ungido como alcalde por tres meses, De la Torre se dio sus vueltitas por la sala de ex presidentes y, a falta de un archivo documental que le revelara quién ha sido su antecesor más joven (antes los alcaldes tapatíos eran señores hechos y derechos), se dejó guiar por las facciones de todos los personajes que han ocupado el principal cargo de la capital de Jalisco. “A juzgar por las pinturas que están ahí —me dijo hace unos días— es probable que yo sea el más joven”. Y, desde luego, ya se sueña inmortalizado en un lienzo en Palacio Municipal.

Le gusta el beisbol, lo jugó de pequeño y le entiende. Entonces le propongo que él llegó al cargo como lo hace un pitcher “cerrador” que sube al montículo en la última entrada, con casa llena y sin outs, para evitar hits y limpiar las bases. Y sí, así se siente, como jugando la Serie Mundial.

Entre las amenazas que tiene, De la Torre reconoce la revisión de los planes parciales de desarrollo (cuestionados por los cambios de uso de suelo que podrían prestarse para negocios); las obras retrasadas, caras y molestas como las banquetas de la avenida Vallarta, y el proceso de entrega-recepción con el priista Aristóteles Sandoval, su cuate desde la carrera de Derecho en la UdeG, y con quien tiene una “excelente relación”. ¿Y qué decir de la granada sin espoleta que le dejaron bajo la silla y que se llama Juegos Panamericanos?

¿Se siente con la autonomía y la fuerza para negar en su caso permisos de construcción para la Línea 2 del Macrobús?, le pregunto.

Ataja de inmediato: “Por supuesto que me siento con la suficiente autonomía y la suficiente fuerza para detener el proyecto… si le hace daño a la ciudad, por supuesto que no lo apoyaremos”.

¿Aristóteles intervino en su designación?, cuestiono.
“Bueno sí, por parte de ellos (el equipo de Aristóteles) hubo una preocupación de que la persona que suceda a Alfonso Petersen eh… les garantice eh… las mejores condiciones… vamos, que su disposición fuera la mejor para un buen proceso de entrega-recepción, que les dé la capacidad de iniciar al 100 por ciento. Sin embargo, creo que ellos fueron muy respetuosos el día de la votación; su intención fue, sí, mostrar su preocupación, pero respetaron la decisión del pleno”.

¿A qué le temerá Aristóteles? Ojalá pronto nos lo diga.