Los incendios en El Nixticuil

¿Cómo es posible que durante los últimos tres años se hayan suscitado 51 incendios que han dañado aproximadamente 120 hectáreas del Bosque El Nixticuil, en el municipio de Zapopan, sin que ninguna investigación se haya promovido por parte de las autoridades “responsables”? 51 incendios en tres años es un número muy alto para seguir suponiendo que se trata de accidentes, y mucho menos cuando éstos suceden justamente en las partes del bosque que diversos capitalistas inmobiliarios pretenden urbanizar. Tampoco es casualidad que las brigadas forestales oficiales no acudan a tiempo, o no acudan a los llamados de alarma que reciben en cada ocasión. Por ello, el Comité Salvabosque y la Brigada Forestal Comunitaria de la colonia El Tigre II afirman que en su mayoría estos incendios no son accidentales, sino enteramente provocados.

Estos incendios han sucedido de la siguiente manera: del mes de noviembre de 2007 al mes de junio de 2008 ocurrieron 31 casos que afectaron 73 hectáreas de bosque de pino-encino. Luego, del mes de noviembre de 2008 al mes de junio de 2009 fueron 19 los incendios y 17 las hectáreas dañadas. El más reciente, ya en este año de 2010, sucedió apenas el pasado 27 de enero, y dañó aproximadamente 30 hectáreas.

Los lugares donde se han suscitado son los siguientes: 13 de ellos en la cañada anexa al fraccionamiento Santa Luza, donde la empresa Home Financial planea arrojar sus aguas negras; en la extensa zona del Corporativo Leaño han ocurrido los siete incendios mayores; en la cañada donde el empresario refresquero Abelardo Garciarce Ramírez pretende edificar el fraccionamiento La Cima; en la zona del bosque cercana a la colonia El Tigre II, donde se pretende edificar un tanque elevado por parte del SIAPA. Otros cuatro ocurrieron en la zona conocida como La Roblera, en el ejido Zapopan, justamente donde el Corporativo Guadalajara (Jardín Real/Consorcio G. Gómez Vázquez Aldana GVA, Mendelssohn y Amadeus) tiene destinado construir parte del proyecto inmobiliario Mirasierra, que presume ser un “desarrollo urbano sustentable”.

Los bosques La Primavera, El Nixticuil y Barranca del Río Santiago, formaban un corredor natural de una gran biodiversidad (flora y fauna) y que tenía un impacto ecológico importantísimo en toda la Zona Metropolitana de Guadalajara. Este corredor fue fracturado por los “desarrollos inmobiliarios” que el capital ha promovido y que el Gobierno municipal de Zapopan ha permitido, a pesar de que estamos hablando de áreas naturales protegidas. Si no lo fueran, con seguridad el desastre sería mucho peor.