Jueves, 28 de Noviembre 2024
México | EN TRES PATADAS POR DIEGO PETERSEN FARAH

Los fantasmas de Obama

Lo único que ha logrado la administración del primer presidente negro de Estados Unidos, es ir matando la esperanza

Por: EL INFORMADOR

Diego Petersen Farah.  /

Diego Petersen Farah. /

La derrota demócrata del jueves pasado es de Obama. Él mismo la interpretó como personal, derivada de la frustración de dos años en los que lo único que ha logrado la administración del primer presidente negro de Estados Unidos, es ir matando la esperanza.

El nivel de autoestima en que Bush dejó a Estados Unidos hizo que la expectativa puesta en un presidente joven, distinto y con una gran oratoria fuera de tal magnitud, que no había manera de que sostuviera en el tiempo, pero el derroche de legitimidad que ha hecho el presidente estadounidense es de grandes dimensiones.

Algunos dicen que Obama es el Fox de los vecinos. La comparación es válida sólo en cuanto a que la expectativa puesta en el personaje era desde un principio imposible de cumplir, pero Barack no dice vicentadas, ni confunde a Borges con un Premio Nobel ni a Chita con Tarzán. El camino de Obama se parece más, y esto es una mala noticia para todos, al de Jimmy Carter, el presidente inocuo.

Al igual que Carter, Obama llegó a la Presidencia después de una crisis política y económica de grandes dimensiones en Estados Unidos. Carter, una persona decente y de gran calidad humana, fue la esperanza en un país tras la derrota de Estados Unidos en Vietnam y la escalada de corrupción de la clase política gringa.

El entonces joven demócrata capitalizó el escándalo de Watergate que años antes había provocado la que hasta hoy ha sido la única renuncia de un presidente a la Casa Blanca.

Obama, por su parte, no se explica sin Bush que se caracterizó por el fracaso de la guerra en Iraq, los altos niveles de corrupción entre los grandes corporativos y el Gobierno republicano, y una crisis económica sin precedentes desde 1929 en Estados Unidos.

El sello de ambos para la sociedad estadounidense es la ineficiencia. Sin duda el problema es que los dos partieron de una enorme expectativa imposible de cumplir, pero como sea, al paso que va Obama, será muy difícil que logre la reelección.

Hoy no sólo está en riesgo que logre la agenda pendiente en la segunda parte de su mandato, sino incluso que lo poco que había logrado en materia de salud se eche para atrás.

La reforma migratoria, que es uno de los grandes temas de nuestra agenda bilateral, pasará una vez más al cajón de los buenos deseos, y el fantasma de un nueva recesión o de crecimientos muy cercanos a cero está a la vuelta de la esquina.

Las debilidad y los fantasmas de Obama son una pésima noticia para México. Una vez más la agenda prioritaria de los vecinos del Norte es interna, como lo fue con Bush, y en la medida que esto sucede la relación con México no deja de ser importante (finalmente somos uno de sus socios comerciales más importantes y el principal manufacturero) pero no avanza. Otro sexenio perdido en la relación bilateral.

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