Lunes, 21 de Octubre 2024
México | Tren Parlamentario por Vicente Bello

Los costos, precios y salarios

Tren Parlamentario por Vicente Bello

Por: EL INFORMADOR

En lo que será la primera reunión plenaria de la Comisión Permanente, en este periodo de receso legislativo, el Congreso de la Unión tendrá que posicionarse en torno de temas como el de las altas tasas de interés de tarjetas de crédito, que tanto escuecen a millones de mexicanos.

Aunque sus posicionamientos son como los llamados a misa, a la que van quienes quieren, y quienes no, pues no, el Poder Legislativo está moralmente obligado a mostrar la cara este día, sobre todo porque la ciudadanía en todo el país ha comenzado a resentir ya la carrera infame de la inflación. Sí, ese fenómeno de las economías alimentado por la carrera de precios, salarios (que en este caso son nulos) y costos de materia prima, y por las importaciones de productos foráneos que, como nunca antes, ahora llegan cargando —para acabarla de completar— las inflaciones de los países de origen.

Es fácil comprobarlo: por ejemplo, de octubre a la fecha, productos hechos en Estados Unidos que tienen clientes cautivos en México, como pueden ser las distribuidoras de alimentos encapsulados o medicinas…, han estado subiendo de precio casi cada mes. Y han estado contribuyendo con el incremento de la inflación que se ha disparado en la economía mexicana.

Este martes, el PRI de la Cámara de Diputados a través de los legisladores del sector obrero, se ha sostenido alerta a los cambios inflacionarios, y ayer mismo ha anunciado que hoy, en el sesionar de la Permanente, propondrán lo siguiente:

1.- Fijar las bases para el control de los precios de los productos de la canasta básica de Profeco.

2.- Establecer el control, la vigilancia y la sanción de proveedores y vendedores que especulen productos de la canasta básica.

3.- Es hora de establecer un solo salario mínimo para toda la República Mexicana.

El factor Salario, que tanto ha cuidado el Gobierno federal y el Banco de México para contener el índice de la inflación, debería ser en los siguientes días el tema en torno del cual todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso estuvieran discutiendo. Máxime cuando serán días en que el Ejecutivo federal establezca el salario mínimo general que primará durante 2009.

Hasta el momento, sólo el PRI con su diputación obrera se ha estado metiendo en el tema. El PRD sigue enfrascado en su bronca interna, y el PAN, lógico, trata de evadir el tema de los salarios.

Voces externas al Congreso, sin embargo, han opinado sobre los salarios: que deberían tener un incremento de 12%, ha dicho ayer Andrés Manuel López Obrador, para contrarrestar ese 8% de crecimiento de la inflación estimado para 2009.
El PRI, ayer, no se atrevió a opinar de qué tamaño tendría que ser el aumento salarial general. Fieles a su costumbre de negociar a ultranza con el Gobierno federal, no mencionaron cifra alguna y han dejado la puerta abierta para que el Ejecutivo federal salga sin mayores presiones a la hora de la resolución del nuevo monto del salario mínimo.

Este Gobierno de Felipe Calderón no ha sido la excepción respecto de los anteriores, que fueron miserables a la hora de fijar salarios mínimos pretextando que es un factor inflacionario.

Con debate o sin debate en la Comisión Permanente, las autoridades del Trabajo encargadas de establecer el salario para 2009 ya no tardan en jurar que será corto, para no llevar más allá de 8% a la inflación.

Los diputados y senadores de la oposición están obligados, todos, a restregarle al Gobierno de Calderón que ha sido este régimen el causante mayor de que la inflación se haya disparado.

Ese aumento ordenado por la Secretaría de Hacienda, que no acaba, del precio de las gasolinas, es criminal por donde se le vea. Prácticamente todas las áreas de la economía mexicana han elevado costos y gastos a lo bestia. Las empresas de todo tamaño de súbito han visto cómo los márgenes de la utilidad —atacados por un lado por los altos costos— se han topado también, en el otro extremo, con la reducción escandalosa del consumo.

Por si fuera poco, y mientras diputados y senadores lanzan su verborrea para ocultar su muy poca efectividad legislativa (congelan iniciativas como ésas que impondrían a los bancos techos en las tasas de interés de tarjetas bancarias), el sistema financiero mexicano ha anunciado que se encarecerá el crédito o financiamiento. Calculan que de enero a marzo próximos, las tasas de interés subirán cuando menos otros seis puntos.

Todo esto sucede aquí, justo cuando en los Estados Unidos la institución gubernamental encargada de regir sobre el sistema financiero gringo acaba de hacer una reducción histórica de las tasas de interés: de cero a .25 por ciento.
Y lo ha hecho, así lo ha argumentado, para reactivar dos ejes de la economía: el crédito y el consumo.

En México, donde los economistas que gobiernan en la Secretaría de Hacienda y el Banco de México han sido históricamente abyectos con las políticas económicas y financieras de los Estados Unidos, acá en estos momentos se siguen haciendo los tiololos, permitiendo (al igual que los legisladores) que los bancos no sólo sostengan sus altas tasas, sino que amaguen con aumentarlas más todavía.

En Estados Unidos, el Gobierno ha estado alentando el consumo pidiendo a las empresas que otorguen salarios pensando en que el consumo será oxígeno para todos y terminará por reactivar a la economía. En México, es de temer que el salario mínimo quedará debajo de ese 8% de la inflación que ellos mismos han vaticinado.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones