México | EL SONIDO Y LA FURIA POR MARTÍN CASILLAS DE ALBA Los contrastes en el Viaje a Tulum Eduardo Villanueva nos muestra con una calidad fotográfica de primera, los contrastes entre el blanco y el negro y el color deslumbrante; entre la basura y el bosque o la belleza de las plantas en el invernadero Por: EL INFORMADOR 5 de marzo de 2011 - 04:46 hs Martín Casillas de Alba. / Eduardo Villanueva es un joven tapatío de la nueva generación de cineastas y artistas que la semana pasada estrenó su ópera prima en el Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM) en la sección Ahora México, con el titulo de Reise nach Tulum o Viaje a Tulum, concebida hace ocho años, filmada en Berlín y en México donde terminó su producción —que casi le costó la vida—. Esta misma semana fuimos uno de los tantos afortunados que pudimos verla y aplaudirla justo cuando está entrando por la puerta principal al catálogo de obras del séptimo arte, y que, como decía Eduardo, “hecha con el mismo material con el que están hechos los sueños” y que empieza en una toma aérea, como Dios que todo lo ve y juzga, antes de bajar a la Tierra en Berlín para que Adán nos muestre eso que lo rodea, lleno de contrastes, como los que va poniendo en charola, situaciones que van de lo amable a lo siniestro, entre lo hemlich, lo secreto, lo oculto, lo clandestino o lo disimulado y lo unheimlich, lo inquietante, lo fatídico, lo siniestro, que por coincidencia, esa misma semana lo trató Jesús Perulles en la Cátedra Extraordinaria del maestro José Luis Ibáñez en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde explicaba esos términos de aquello que está oculto y que nos parece “amable”, antes de que se pongan los trapos sucios a secar y todo se convierta en siniestro, como lo estudió en la obra de Ruiz de Alarcón. Eduardo Villanueva nos muestra con una calidad fotográfica de primera, los contrastes entre el blanco y el negro y el color deslumbrante; entre la basura y el bosque o la belleza de las plantas en el invernadero; entre Berlín sin sol —¿desolado?— y el Mar Caribe; entre su novia y la oscuridad de una familia judía en Berlín, cuyo padre austero y malhumorado trata que Adán su hijo atienda un negocio que nada tiene que ver con sus deseos y sensibilidad. Adán es la voz que nos narra y actúa sin aparecer para mostrarnos todo en esta obra, incluyendo a un abuelo genial con alzheimer, a la madre, bella y judía con un hermano menor con retraso mental y así, seguimos contrastando lo amable puro y limpio con lo sucio y siniestro: un Berlín frío y oscuro (en blanco y negro) con el cálido Mar Caribe (a color); los tiraderos de basura y los cenotes sagrados en donde Adán decide clavarse hasta el fondo. Todo parece un sueño y parece decir con Shakespeare en La tempestad: cuando se despierta llora por no poder seguir soñando tal como sucede en esta obra de arte de Eduardo Villanueva. Temas Tertulia El sonido y la furia Lee También ¿Una tela capaz de silenciar el sonido? Esta es la nueva "arma" contra los ruidos Los cuatro estrenos imperdibles de hoy en Netflix La recomendación de hoy en la cartelera de cine es “Sonido de libertad” La recomendación de hoy en la cartelera de cine es “Toc Toc Toc: El sonido del mal” Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones