Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | HISTORIAS DE REPORTERO POR CARLOS LORET DE MOLA A.

López Obrador también tuvo miedo

Al rechazar el Consejo Nacional perredista la coalición PAN-PRD mexiquense este fin de semana, López Obrador ha vuelto a vencer a Marcelo Ebrard

Por: EL INFORMADOR

Carlos Loret de Mola A.  /

Carlos Loret de Mola A. /

Desde 2010 todo empezó a prepararse en el Palacio de Gobierno de Toluca para la sucesión de Enrique Peña Nieto. El mandatario —que generó ayer en redes sociales todo un debate... porque apareció en la tele con el copete sin goma— eligió a cinco posibles aspirantes y lo demás fue seguir el manual tradicional priista: alimentar a todos, tener gestos individuales con cada uno que hicieran pensar que tal o cual “es el bueno”, guardar al “tapado”, fintar a la oposición con un nombre y dar el “dedazo” hacia otro.

Fuentes de primer nivel cuentan que Peña, en las reuniones de planeación de la campaña Edomex-2011, expresó a su equipo de confianza que sólo dos escenarios podrían poner al PRI en jaque: una alianza PAN-PRD con Josefina Vázquez Mota como aspirante, o una alianza PAN-PRD con un ex priista con arrastre como candidato (en esos tiempos se hablaba mucho de Eruviel Ávila como el posible protagonista de la fractura tricolor).

Pero las dos pesadillas del gobernador mexiquense parecen hoy esfumadas: Josefina le tuvo miedo a Peña y no quiso entrarle a la contienda; Eruviel fue su elegido, entre otras cosas, por miedo a la escisión; y Andrés Manuel López Obrador le hizo el favor de dinamitar la alianza PAN-PRD en mucho por miedo a Marcelo Ebrard.

El tabasqueño usó de nuevo su muy socorrido escondite de “la congruencia y los ideales” para intentar que pasara desapercibido el fondo de su negativa a la coalición de partidos de izquierda y derecha en el Estado de México: fue una estrategia electoral interna perredista, pues el eventual éxito de la alianza sería atribuido a uno de sus principales impulsores, el jefe de Gobierno Ebrard, y eso lo pondría en desventaja en la lucha por la candidatura presidencial y el control del PRD. La mejor prueba es que, en julio del año pasado, “la congruencia y los ideales” de López Obrador no le alcanzaron para descalificar ni detener con su operación política la alianza panista-perredista que llevó al Gobierno oaxaqueño a uno de sus más cercanos, Gabino Cué.

Al rechazar el Consejo Nacional perredista la coalición PAN-PRD mexiquense este fin de semana, López Obrador ha vuelto a vencer a Marcelo Ebrard, quien tras cuatro años de ocupar el segundo Gobierno con más presupuesto del país, no ha sido capaz de arrebatarle los hilos de casi nada: luce ya cercado por el tabasqueño que tiene incondicionales en el segundo cargo en importancia del PRD nacional, dos o tres en el gabinete del DF, otros en el PRD capitalino, en la Asamblea Legislativa, sin contar los grupos políticos metropolitanos capaces de desquiciar con marchas, paros y plantones la Ciudad de México y desbaratarle la gobernabilidad a Marcelo Ebrard.

Ahora falta ver si a su gallo, Alejandro Encinas, le aceptan el registro como candidato o se lo niegan por los cuestionamientos de que no acredita la residencia. Y si una negativa termina impulsándolo como aquel “desafuero” a su jefe político.

Saciamorbos

Con o sin gel ha de estar pensando: “Estamos mejor con López Obrador”.

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