Lenta ayuda jalisciense en los centros de acopio

GUADALAJARA, JALISCO (10/JUL/2010).- En una semana sólo dos toneladas de víveres se pudo recabar en el Centro de Acopio que el DIF Jalisco instaló en su edificio para apoyar a los afectados del huracán “Alex” en el Noreste del país, informó el director de Protección Civil sistema estatal, Luis Rodríguez Peña.

Ayer, salió el primer tráiler de Jalisco con ayuda para los estados afectados; en éste se enviaron 25 mil 900 litros de agua, que corresponden a mil 800 cajas de 24 botellas de 600 mililitros.

Rodríguez Peña lamentó la poca solidaridad que han mostrado los jaliscienses, pero dijo puede justificarse debido a la salida de los niños de las escuelas; y la creencia que se tiene respecto a que Monterrey es un lugar con recursos suficientes para sobresalir de esta desgracia natural.

Aunque aún no se cuenta con un listado puntual de dónde se encuentran los Centro de Acopios, Luis Rodríguez hizo el llamado a los municipios para que les informen a sus habitantes sobre dónde tiene estos espacios, para que la recopilación de alimento y ropa se pueda efectuar en mayor cantidad, pues reconoció que no ha llegado nada de los DIF municipales.

Por su parte, la presidenta estatal de voluntariado DIF, Imelda Guzmán de León, hizo un llamado a todos los jaliscienses a cooperar en estos momentos difíciles que vive los estados de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila.

“Los jaliscienses estamos en posibilidades de ayudar más a nuestros hermanos, porque no nos imaginamos todo el desastre que existe ahí, hay una escasez de alimentos”

Ante la prisa de enviar agua, el DIF estatal destinó 93 mil pesos en la compra del líquido.

Respecto al trabajo que han hecho los sistemas municipales, Guzmán de León reconoció la recolección también es lenta, pero justificó que se debe también al clima que se ha presentado en la Entidad.

Se espera que este fin de semana la recaudación sea mayor, pues en caso de que los centros no tengan una respuesta adecuada pudieran cerrar.


CRÓNICA

“Ya traemos chinches, garrapatas y pinolillo”

MONTERREY, NUEVO LEÓN.- Sin agua, electricidad ni gas, familias que duermen en las calles, rodeadas por puentes derrumbados, viviendas y calles inundadas, es el panorama que se presenta en el municipio de García, a una semana del paso del huracán “Alex” por Nuevo León.

“Ya vamos para 10 días con las casas llenas de lodo, piedras y mugre, perdimos los muebles que teníamos, no hay agua, no hay gas”, exclamó Maricruz Hernández, vecina del sector siete de dicha población, uno de las localidades más afectadas por las lluvias.

Con semblante desesperado, enfatizó que no cuentan con un centro médico para ofrecer la atención básica a las miles de familias damnificadas de esta población, ubicada a 40 kilómetros al poniente de Monterrey.

“Lo que más tenemos es miedo. Que nuestros niños se enfermen con la larva del dengue, los charcos con agua sucia están aquí y allá, no sabemos ya qué hacer”, dijo a su vez la señora Martha Martínez, juez auxiliar de la colonia Villa Lincoln, cuarto sector.

Los únicos dos accesos a esa comunidad quedaron bloqueados desde la semana pasada, luego de las torrenciales lluvias causadas por el fenómeno natural.

En el acceso del norponiente, un puente recién construido, sobre el Río Pesquería se desplomó en dos de sus carriles, luego de que la creciente del agua subió más de 12 metros en menos de 24 horas.

Otra de las entradas a García también quedó incomunicada, por el cierre total de la autopista Monterrey-Saltillo y porque varios tramos siguen aún bajo el agua, intransitables.

Los planteles preescolares, escuelas primarias y secundarias, se encuentran llenos de escombro y lodo, con  vidrios quebrados, la mayoría de ellos están destruidos, junto con los escritorios y pupitres.

Algunos libros y libretas se pueden encontrar en los alrededores de las escuelas aún mojados, así como materiales que los menores utilizaban para estudiar en sus escuelas, todo está perdido.

Cientos de mujeres y hombres de García, que tienen que viajar a Monterrey para trabajar, tardan hasta tres horas y media para llegar a sus centros laborales, cuando normalmente lo hacen en 30 a 45 minutos.

“La gente que va a Monterrey va saliendo por ahí de las cuatro y media de la mañana y va de regreso a las 10, 11 de la noche, casi ni duermen”, relató el señor Ramiro Quintana, un jubilado de 69 años.

El alcalde de la municipalidad, Jaime Rodríguez Calderón, afirmó que “la gente está durmiendo en la calle, ya traemos chinches, garrapatas y pinolillo, en la calle, por la humedad”.

“Aquí la situación es sumamente crítica, apenas llegó ayer (jueves) una tortilladora, se están abriendo comedores para atender a la gente que tiene hambre y sed”, indicó el edil.