Legalizar la droga, ¿solución?

Ante la desesperación de la sociedad por el incremento de la violencia relacionada con el crimen organizado, argumentos a favor de la legalización de la droga parecerían estar tomando más arraigo. Es importante discutir todas las opciones para resolver la violencia en el país, pero hay que ser claros que la forma en que se están presentando los argumentos de los que están a favor de legalizar algunas drogas, como la mariguana, no resolverá la violencia que se está viviendo en el país.

Podría incluso agravar los problemas que estamos enfrentando a corto plazo.

Los argumentos a favor y en contra son relativamente sencillos. Los que están a favor asumen que la legalización reduciría el “negocio” lo suficiente para que no puedan comprar armas, pagar nómina y corromper funcionarios y policías. Los que están en contra de la legalización afirman que esto se traduciría en más consumo y por ende más adicciones.

Los que están a favor y los que están en contra no escuchan los unos a los otros. En lo personal creo que este debate está mal enfocado.

La pregunta es ¿qué sucedería si se legalizara la droga y se tuviera más acceso a drogas ilícitas?

Donde transita la droga eventualmente habrá consumo y donde hay consumo es de esperar que haya más violencia y criminalidad. La droga se ha convertido en un jugoso negocio para quienes la venden y en un gran problema de salud pública.

Entre los argumentos contra de la legalización, también se puede hablar de que las redes de crimen organizado internacionales no sólo viven de las drogas blandas, si éstas dejaran de ser negocio buscarían otras fuentes de ingreso, tales como nuevas drogas, trata de personas, órganos, piratería, entre muchas otras actividades ilícitas, por lo que es una utopía pensar que estos grupos desaparecerán.

El cigarro y el alcohol son drogas legales que se proveen por empresas formales, con controles de calidad, dosis estandarizadas, su consumo genera pago de impuestos, cada persona puede libremente escoger consumirlos o dejarlos.

No obstante los beneficios de su legalización, los efectos negativos son enormes, ya que por ejemplo en México hoy en día los accidentes de tráfico, en la mayoría causados por efecto del alcohol, son la causa número uno de muerte en jóvenes.

Se estima que alrededor de 70 mil personas mueren al año en nuestro país por el efecto directo o indirecto sólo del alcohol. Debemos agregar el daño a las familias, el patrimonio y a la sociedad.

Así que hablar de que la legalización acaba con los problemas suena como un sueño guajiro, más bien se crean nuevos problemas.

Por eso, más que argumentar si la legalización resolvería los problemas de violencia (yo creo que no), el debate debería ser de responsabilidad de los individuos y el “derecho” que tienen de consumir substancias nocivas.