Las revelaciones

Los documentos publicados en el diario español El País, respecto a los reportes diplomáticos que enviados al Departamento de Estado y viceversa, aportan información que permite tener una mejor perspectiva de lo que realmente sucede en México. Aunque los asuntos de estado siempre tienen aspectos que se mantienen en reserva, su revelación permite esclarecer juicios. En este sentido lo más importante de las filtraciones es saber que de ahora en adelante, los servicios de inteligencia de cualquier parte pueden quedar en evidencia. Los agentes o colaboradores, o técnicos vinculados, tienen la posibilidad de entregar información relevante. A partir de ahora las comunicaciones serán más cuidadosas. Pero al mismo tiempo los ciudadanos ahora tienen herramientas que les permiten conocer aspectos poco conocidos de la actividad pública.

En el caso de México los temas publicados dejan en claro las suposiciones que muchos asumían: que hay riesgo de perder control de zonas del territorio nacional por la acción de la delincuencia; que las fuerzas armadas tienen diversos grados de confiabilidad en su operación. Que el presidente está sujeto a presiones que hacen pensar que puede llegar a deprimirse; que el gobierno se ha planteado la suspensión de garantías en algunas ocasiones; pero lo más destacado de las revelaciones de Wikileaks es la debilidad y dependencia de las autoridades respecto de la ayuda y respaldo estadounidense en la lucha contra la delincuencia. También es revelador que al señalar que es indispensable dar resultados visibles en el corto plazo, la autoridad está poniendo la prioridad en la percepción y no en la solución de largo plazo.

Parece pueril condenar las revelaciones que ponen de manifiesto la incapacidad de las autoridades encargadas de responder a un desafío a la seguridad nacional. Debiera condenarse más bien la incompetencia manifiesta, o en su caso desmentir la veracidad de los documentos. No ha sucedido una cosa ni la otra. Sino que parece que la Secretaría de Relaciones Exteriores viviera en otra realidad.

Ahora que ha quedado en evidencia la actitud de subsecretarios, responsables de seguridad, y hasta el propio Presidente, queda preguntar si el gobierno va a contradecir el contenido de las comunicaciones emitidas, más allá de una declaración que dice que el gobierno controla todo el territorio el mismo día que suceden actos homicidas en muchos frentes y ciudades. Ahora que los ciudadanos sabemos que la situación es más grave de lo que se dice, merecemos un informe detallado. Porque es cínico decir que no pasa nada, cuando en un par de días en esta ciudad se lanza una granada en un centro nocturno y se asesina a varias personas en puntos de la ciudad de Guadalajara, y en Ciudad Juárez asesinan a policías, y seguramente muchos actos violentos suceden en el país que son ocultados o matizados.

La lucha contra la delincuencia no puede pasar por la opacidad informativa, ni pueden ignorarse los hechos conocidos.