Martes, 26 de Noviembre 2024
México | PERGEÑO POR VÍCTOR E. WARIO

Las ‘‘inquietudes’’ del ministro Gudiño

¿Cuántas cosas siguen sin funcionar o haciéndolo ''deficientemente'' en nuestro sistema jurídico, una de las muchas inquietudes de este hombre de leyes que ha muerto prematuramente?

Por: EL INFORMADOR

Víctor Wario Romo.  /

Víctor Wario Romo. /

El periodista Carlos Avilés Allende, probablemente el mejor cronista actual de los asuntos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), escribió en su blog de El Universal “Los rostros de la justicia”, el lunes 20: “Las vacaciones no eran lo suyo. Al menos no últimamente. En 2007, mientras vacacionaba, sufrió un infarto y tuvo que ser operado de emergencia. Le hicieron una cirugía a corazón abierto. Tardó semanas, meses, pero se recuperó. Regresó a la Corte casi sin voz, más delgado, más pálido, con un andar más pausado y la clásica distracción y ensimismamiento que lo caracterizaba, lo mismo en una plática que en una sesión. Pero con una nueva visión del mundo, de la justicia”.

Se refería al ministro jalisciense José de Jesús Gudiño Pelayo, quien había fallecido en la víspera, el domingo 19, en Londres. Estaba de vacaciones.

Igual que en aquel 2007 cuando, tras la larga convalecencia regresó al máximo tribunal del país y se metió de lleno, con pasión jurídica, con profundo estudio de los fundamentos constitucionales, en los temas más polémicos de los últimos años en el país desde una posición que los expertos calificaron como “liberal”.

Mariano Azuela Güitrón, el ya jubilado ex presidente de la Corte, describió a su manera al fallecido ministro Gudiño. Entrevistado brevemente por periodistas durante una visita a Guadalajara el lunes 20 para presentar el libro sobre su abuelo, el escritor laguense Mariano Azuela, el ex ministro no quiso encasillar a Gudiño como miembro del “ala liberal” de la Corte, pero no escatimó en calificarlo como un excelente jurista, estudioso, muy preparado, al margen de que no compartió algunos fallos con él, como el de defender la vida desde la concepción.

En 1998, el ministro Gudiño, quien falleció tras acumular más de tres décadas de carrera judicial, presentó su libro “El Estado contra sí mismo”, en el que desmenuzó una serie de cuestionamientos sobre la validez y pertinencia de la creación de las “comisiones gubernamentales” de derechos humanos.

“No era necesaria”, expone en su libro, y explica que “el remedio de fondo, la verdadera medicina, debió ser hacer funcionar de manera óptima lo que no funcionaba o lo hacía deficientemente, como, por ejemplo, robustecer y apoyar a la administración de justicia, sobre todo a la judicatura de amparo…”.

Conservo el ejemplar que amablemente me dedicó el ministro Gudiño “con el gusto de compartir estas inquietudes”. Su trayectoria fue reconocida ayer en un homenaje de cuerpo presente en la que fue su casa profesional desde 1995. ¿Cuántas cosas siguen sin funcionar o haciéndolo “deficientemente” en nuestro sistema jurídico, una de las muchas inquietudes de este hombre de leyes que ha muerto prematuramente? ¡Descanse en paz el ministro José de Jesús Gudiño Pelayo!

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