Sábado, 23 de Noviembre 2024
México | EL SONIDO Y LA FURIA POR MARTÍN CASILLAS DE ALBA

Las cenas de Navidad

Hay una obra en la Ciudad de México que es oportuna. Se llama La larga cena de Navidad

Por: EL INFORMADOR

Martín Casillas de Alba.  /

Martín Casillas de Alba. /

Hay una obra en la Ciudad de México que es oportuna. Se llama La larga cena de Navidad, que fue escrita por Thornton Wilder (1897-1975), el autor de la novela El Puente de San Luis Rey, en donde un fraile duda de la existencia de Dios después de investigar si tuvo algo que ver con la caída al vacío de cinco personas que cruzaban un día cualquiera el puente colgante que había en el Perú, conocido como el de San Luis Rey.

Esa mañana, el fraile se detuvo por un momento a contemplar la belleza de la creación y la salida del Sol en medio de las montañas entre las nubes que lo rodeaban ese día maravilloso.

De pronto escuchó un chasquido, como si se hubiera reventado una cuerda de guitarra y, al voltear, vio cómo caían al vacío cinco personas a las que el fraile investigó, y de eso trata la novela para ver si existía algo que justificara ésa, su caída mortal, hasta que la Santa Inquisición lo condenó a morir en la hoguera.

Pero La larga cena de Navidad es otra historia. Es una comedia adaptada y dirigida por Otto Minera (1948-) que está en el Teatro de la Comedia Gilberto Cantón (José María Velasco 59 en San José Insurgentes) hasta mediados de enero del año entrante.

El texto es superficial y repetitivo, pero la obra es entretenida y nos hace recordar las experiencias que hemos tenido en las cenas de Navidad en donde, entre broma y vera, los sucesos van dando de tumbos entre una y otra cena de Navidad como las que hacen esas familias que repiten las viejas tradiciones aunque resulte un fracaso por estar llenas de fantasmas, como esos que cuelgan del árbol genealógico.

Lucía Valderrama y Rodrigo su esposo, deciden celebrar a mediados del siglo XX su primera cena de Navidad en su casa de provincia, poco antes de que muriera Lola, la madre de Rodrigo.

En realidad, lo que han hecho es darle cuerda a la rueda de la fortuna y empezar a ver cómo nacen y mueren los propios y los ajenos a los que se les recuerda en cada una de las cenas.

Al final llega a vivir con ellos la prima Ercilla (Margarita González), que despliega su talento como actriz y se queda a vivir en esa vieja casa hasta que queda sola y su alma al final de su vida donde no faltaba Rosa (Victoria Santaella), la Nana que, sin hablar una sola palabra, marca las horas desde el día que llegó hasta que arrastra las babuchas y desaparece, dejando en su lugar a su hija, idéntica en ese nuevo ciclo de vida.

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