Las aristas de Aristegui

Nada más estimulante para un periodista que vive autonombrándose paladín de la democracia, que decir que es víctima de la falta de libertad de expresión en su país.

No recurriré a la declaración francesa, ni a Montesquieu, ni a Rousseau, ni a Stuart Mill para precisar el concepto de libertad, prefiero recurrir a Robert Alexy, quien la asume como un valor y por ello un ente valente conforme al tiempo y espacio en que se le conciba “íntimamente ligada a la responsabilidad de quien la usa”. La ética y la deontología de la comunicación son así.

Entiendo el descontento de los cibernautas que apoyan a Carmen Aristegui, pero considero que necesitan saber las aristas de la libertad de expresión, de los códigos de ética y, sobre todo, de la objetividad informativa.

Esta última es la más importante para el caso. De acuerdo con los especialistas Octavio y Cecilia Piccato Rodríguez, la objetividad informativa es la calidad de que goza el contenido de un mensaje; la veracidad o imparcialidad en la transmisión de información.

Esto implica objetividad, misma que es definida por ellos mismos como la capacidad para desprenderse de situaciones en las que se está involucrado: “fundamentalmente para examinar los hechos basándose en la prueba y la razón y no en el prejuicio y la emoción”.

Considero que ésta es la arista principal que no supo sortear Aristegui; pudo más la emoción que la razón, pues entre otras cosas, el hecho noticioso era la manta y el escándalo que organizó el diputado Gerardo Fernández Noroña.

La solidaridad de los abajofirmantes colegas de Aristegui entrecomillan y tildan de supuesta la violación del código de ética de MVS y no aceptan que se trata de un problema deontológico, y en el último de los casos, laboral entre la empresa y ella, y no de un problema de libertad de expresión.

Aunque en algo tienen razón, y es que un código de ética debe ser público, por lo que MVS está obligada a mostrar no sólo el código, sino también el compromiso establecido con la periodista al inicio de su relación laboral.

Existen diversos documentos internacionales suscritos por México que hacen referencia a la libertad de expresión con las limitantes que la legislación respectiva determine, y dentro de esas limitantes está por supuesto el respeto a la dignidad humana.

Todos sabemos que la libertad de expresión está íntimamente vinculada al derecho de acceso a la información y a la democracia, y que la democracia es un sistema que, entre otras cosas, institucionaliza el diálogo, por ende, exige un mínimo de responsabilidad como señala Alexy.

En lo personal considero que cada derecho debe tener un límite, precisamente para no fomentar injusticias, abusos y desigualdades. Ahora bien, el derecho que tiene en este momento Aristegui no tiene ni límite, ni aristas: el derecho al pataleo.