La violencia cubierta ''bajo el amor'' causa graves daños

CIUDAD DE MÉXICO (14/FEB/2011).- La violencia cubierta bajo “el amor” en las relaciones de noviazgo es casi invisible en México.

Sin embargo, 76% de siete millones de jóvenes —hombres y mujeres de entre 15 y 24 años— ha padecido violencia sicológica por parte de su pareja; 15% ha enfrentado agresiones físicas, y 16.5% violencia sexual.

Estos son los datos que arrojó la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo 2007 (ENVINOV), en la que se identificó que las expresiones de violencia tienen un origen en el seno familiar y en una cultura de estereotipos, pero también en el consumo de alcohol, tabaco y drogas, que incide en la forma en que los jóvenes se relacionan sentimentalmente.

Así lo revela un documento del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), instancia que solicitó la elaboración del estudio sobre un fenómeno que requiere de políticas públicas para su atención en el país.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) realizó la encuesta, en la que se concluyó que en México “las relaciones de noviazgo que establecen las y los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad mantienen expresiones de violencia de muy distintos tipos y en diferentes grados”.

El sondeo detectó tres tipos de agresión: física, sicológica y sexual.

“La invisibilidad que rodea a la violencia en el noviazgo deriva en una falta de apoyos, tanto institucionales como familiares, para aquellos jóvenes que se ven involucrados en situaciones conflictivas con sus parejas, y que no saben cómo enfrentar o resolver”, detalla la encuesta del IMJ.

Las diferencias de género

En el documento se precisa que 33% de los jóvenes que dijeron padecer violencia en el noviazgo buscaron la ayuda de sus amigos, quienes en muchas de las ocasiones se enfrentan a las mismas condiciones de agresión.

Los golpes no son la única expresión de este fenómeno. También aparecen el abuso emocional y el verbal, el maltrato y el menoscabo de la estima.

En el país, 76% de los jóvenes es víctima de la violencia sicológica.

Respecto a la violencia sexual, el documento dice que “las mujeres constituyen las dos terceras partes de las personas a las que han tratado de forzar —o que han forzado— a tener relaciones sexuales, y que tanto en una como en otra situación, la casa de la persona violentada ha sido el lugar de la agresión”.

Del total de entrevistadas, 16.5% dijo haber sido víctima de una agresión de esta naturaleza.

El peso de la relación familiar

El estudio también permitió establecer que la cultura de la violencia en el seno familiar es uno de los orígenes de la agresión que se vive en el noviazgo: en 9% de los hogares donde los jóvenes encuestados vivieron su infancia, había golpes entre los padres; en 21.3% de las familias había insultos.

También se encontró relación directa entre las adicciones al tabaco, al alcohol y a las drogas y la conducta violenta.

De los jóvenes encuestados, 59.2% fumaba; 70% de los hombres comenzó a consumir alcohol entre los 15 y 19 años de edad, mientras que 72.8% de las mujeres comenzó a consumirlo a edades más tempranas.

Para realizar el estudio se seleccionaron siete millones 278 mil 236 jóvenes de 18 mil hogares del campo y de la ciudad, que estaban en el rango de edad y que eran solteros y sostenían una relación de noviazgo durante el último trimestre de 2007 (pues se detectó que otro 26% estaba casado o vivía en unión libre).

La encuesta levantada por el Inegi dejó en claro que “en general la violencia en el noviazgo tiende a pasar desapercibida, tanto por las instituciones como por los propios jóvenes”.

El documento reveló que 15% de los jóvenes “han experimentado al menos un incidente de violencia física en la relación de noviazgo que tenían al momento de la encuesta”.

Informó que los hombres también son víctimas de este tipo de agresiones, pues entre los entrevistados que aceptaron padecer este fenómeno, 46% fueron varones y 61.4% mujeres.

Especialista alerta sobre los daños
Golpes en el noviazgo evidencian la desigualdad de género

CIUDAD DE MÉXICO.- Roberto Castro Pérez, sociólogo e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, aseguró que la violencia en el noviazgo constituye un serio problema social, de salud pública, de desigualdad de género y de acceso a la justicia, que es imperativo prevenir y eliminar urgentemente.

El especialista dijo que más allá del 14 de febrero, incluso detrás de las flores y los regalos, “en muchas parejas jóvenes hay un comportamiento negativo que llega a generar daño físico, emocional y sexual”.

Comentó que es evidente que esa violencia “es hoy el rostro oculto del San Valentín del siglo XXI”.

Castro Pérez, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, quien durante dos años investigó este fenómeno, aseguró que “la violencia se registra tanto entre adolescentes como entre jóvenes en edad universitaria, con una tendencia a incrementarse conforme la relación se prolonga o se hace más seria, o bien, en la medida en que la violencia se establece a mayores edades”.

Los resultados de su proyecto, realizado junto con la doctora Irene Casique, aparecen en el libro “Violencia en el noviazgo entre los jóvenes mexicanos”, que el 28 de febrero se presentará en la XXXII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

A partir de datos de la Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo, que elaboró el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ), durante 2007, y de acuerdo con las estimaciones hechas por ambos investigadores, “39% de los jóvenes de ambos sexos en México, que tenían una relación de noviazgo al momento de la entrevista, reportaron haber sufrido violencia emocional en dicha relación; casi 7% reportó haber sufrido violencia física, y 8% de las mujeres reportó haber sufrido violencia sexual”.

Dificultad para expresarse

Castro Pérez comentó que la violencia en el noviazgo puede definirse como “todo acto, omisión, actitud o expresión que genere o tenga el potencial de generar daño emocional, físico o sexual a la pareja afectiva con la que se comparte una relación íntima sin convivencia ni vínculo marital”.

Afirmó que, en cualquiera de sus modalidades, estas agresiones “están asociadas a intentos expresos de controlar al otro, y es característica tanto de varones como de mujeres”.

Otro rasgo de agresión entre los jóvenes es que se les dificulta establecer y mantener relaciones de pareja.

“Se encuentran en una etapa de maduración hacia la plena adultez, lo que explica que en ocasiones tengan dificultades para comunicarse, para identificar y formular sus sentimientos, manifestar cariño, manejar las desilusiones y enfrentar los conflictos, lo que puede llevarlos a recurrir a mecanismos inadecuados para expresarse, tales como el abuso emocional o físico”.

NUMERALIA
Los datos del sondeo

7 millones 279 mil jóvenes, de zonas rurales y urbanas, participaron en el estudio.

16.5% de los encuestados ha padecido agresión sexual de su pareja.

15% ha sido víctima de violencia física ejercida por su novio(a).

9% de los entrevistados pasó su niñez en un hogar con violencia física.

21.3% fue testigo de insultos constantes entre sus padres.

70% de los hombres comenzó a consumir alcohol entre los 15 y 19 años.

CUMPLEN CICLO NATURAL
La duración de una relación depende de dos

CIUDAD DE MÉXICO.- Si has detectado que tu relación amorosa se ha vuelto monótona y sientes que el amor se está acabando, no te alarmes, antes de pensar en la inevitable ruptura, piensa que puedes dar un segundo aire a tu relación y reavivar la pasión.

De acuerdo con la psicóloga Citlali Amado, egresada de la Universidad Iberoamericana (UI), y miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México, todas las relaciones de pareja son parecidas a un ser vivo, nacen, se desarrollan, maduran y mueren, pero no significa que todas las relaciones lleguen a su fin.

Recuerda que el tiempo de vida de una relación “depende de dos, tiene que ver con la etapa que viene después de la madurez, donde parece un estancamiento, pero justo es el momento en el que se abren oportunidades en otras áreas y cuando se descubre el tipo de amor que se tiene: si es momentáneo, narcisista, o si es un amor completo y de ambas partes”.

Esta parte es la más difícil de reconocer y trabajar por miedo a creer que la magia terminó, “pero en la medida que lo veamos como un proceso natural, que se tiene que dar, es más fácil aceptarlo y trabajar con el”.

Practica la empatía

Conoce y muestra interés por los gustos de tu pareja y tómalos en cuenta, por ejemplo, si le atrae algún deporte, pregunta sobre las reglas, en caso de no conocerlas, pide su opinión, procura un espacio para practicar con él o ella, con el fin de que “el otro sienta que a pesar del tiempo, de las diferencias, de los inconvenientes que han surgido, permanece el interés de tu parte y vale la pena seguir juntos”.

“Donde hay dos, en realidad es uno, estamos haciendo una mezcla de nuestros seres, y para que siga funcionando no hay que olvidar que existe el otro”.

Llevar a cabo prácticas distintas

A veces queremos hacer todo en pareja, pero eso puede atrofiar la relación al no permitir que el otro se desarrolle aparte de nosotros, por lo cual es necesario brindar un espacio y demostrar que para nosotros es importante que nuestra media naranja sea feliz con lo que le gusta; además entender que no sólo es un ser humano en pareja y no sentir que por eso nos abandona.

Es decir, si nuestra pareja es feliz ejercitándose, o disfruta salir con sus amigos, tomar clases de baile, o alguna otra actividad, se debe respetar ese espacio. “No significa que el otro nos está cambiando por tal pasatiempo o tales personas, significa que el otro tiene otras cosas aparte de mí”.

Innovar e inventar

“Es natural que la relación cambie, es sano para no caer en la monotonía o en costumbres”, podemos aprovechar este llamado para reavivar la pasión. En el ámbito sexual podemos usar la empatía para aprovechar los gustos de la pareja.

“La ventaja de conocer al otro, es que existe la confianza y se conoce a la otra persona. Nos podemos dar la oportunidad de pensar en nosotros mismos en el acto sexual, en lugar de pensar en el desempeño, o en la primera impresión”, y así, pedir, proponer e intentar cosas nuevas.

Puedes acudir a las sex shops, adquirir juguetes, disfraces, fetiches, o hacerte de trucos para calentar la relación.

Intenta realizar la fantasía de tu pareja, en la medida de lo posible, “da la oportunidad al otro de sentirse a gusto, porque es una realidad que cuando sexualmente no te sientes bien en tu hogar sí comienzas a buscar otras posibilidades”.

“Pero mientras uno sienta que la pareja está haciendo lo posible por satisfacer, por pensar en nosotros sigues intentando, aprendiendo y cuando eso no funciona, se pueden tomar terapias sexuales. Los sexólogos suelen dar consejos y ejercicios para elevar el placer y la pasión”.

Cada semana planea y procura pasar tiempo junto a tu pareja a solas, sin amigos, sin hijos, donde gocen de una buena plática, o alguna actividad en común, como ir de compras, bailar, ir al cine, sin que acabe siendo un espacio riguroso.

“No es necesario elaborar constantemente una cena romántica con velas y vino, sino apartar un espacio para estar solos”.

En ocasiones mezclamos o confundimos los problemas personales con los de la pareja, por lo cual es necesario solicitar ayuda u orientación de un experto