Martes, 26 de Noviembre 2024
México | ATANDO CABOS POR DENISE MAERKER

La verdad nunca se sabe

No digo que los dichos del hermano de la ex procuradora, Patricia González, sean ciertos ni mucho menos, pero sí que las dudas que suscitan son explicables

Por: EL INFORMADOR

Denise Maerker.  /

Denise Maerker. /

¿Cómo se puede dar algún crédito a lo que dice un hombre privado de su libertad, esposado y hablando ante una cámara rodeado de hombres armados que le apuntan a la cabeza? No se puede. Ésa es la única respuesta válida. Y, sin embargo, en este país nuestro, en el que nadie cree ya en nadie, la aparición de un video en el que el hermano de la ex procuradora de Chihuahua se acusa y la acusa de proteger a un cártel de la droga merece ser mencionada en los noticiarios como una noticia importante.

Hay varias razones; no es simple locura o irresponsabilidad. Una, porque nadie cree que los criminales puedan llevar a cabo sus actividades sin apoyo de ciertas autoridades, y, sin embargo, no hay alcaldes, procuradores, secretarios de seguridad estatales o federales en la cárcel. Es obvia la impunidad con la que operan las autoridades corruptas y la incapacidad de los fiscales.

Dos, porque en Chihuahua, y no sólo ahí, hemos sido testigos de los amplios márgenes con que operan ciertos grupos sin ser molestados, es decir, porque lo que dice el hermano de la ex procuradora es posible. Y tres, porque hay antecedentes de que un video obtenido bajo presión da pie a una acusación formal de las autoridades. Fue un video de un policía golpeado de Gómez Palacio, Durango, lo que llevó a las autoridades federales a detener a la directora del penal de esa ciudad, acusándola, como se denunciaba en el video, de dejar salir a internos con armas y vehículos oficiales para perpetrar atentados en la vecina ciudad de Torreón.

No digo que los dichos del hermano de la ex procuradora, Patricia González, sean ciertos ni mucho menos, pero sí que las dudas que suscitan son explicables. Que es abominable otorgar la más mínima credibilidad a una declaración obtenida bajo tortura, es cierto. Que todos perdemos al hacerlo, también es cierto. Hoy, creer una u otra versión no está relacionado con la solidez de las pruebas o de las argumentaciones, sino con el origen de la declaración o de la acusación. Cada quien parece escoger según sus preferencias políticas. Y cada vez nos dividimos más, no sólo por nuestras opiniones, sino por la versión que tenemos de los últimos acontecimientos. Lo mismo en el caso de la ex procuradora que en el del diputado Godoy Toscano. El resultado concreto es que convivimos con delincuentes y encarcelamos inocentes, que destruimos reputaciones y descobijamos a valientes que dan la cara por nosotros. Pero no sabemos quién es quién.

Porque parece mentira la verdad nunca se sabe, es el genial título del difícil libro de Daniel Sada. Lo cierto es que, con buenas instituciones, hasta la verdad más increíble sería aceptada.

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