Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | LOS ANTEOJOS DE BASKERVILLE POR CARLOS ALBERTO LARA G.

La twitteratura me da bloguera

Usar y tirar es una característica de nuestra sociedad, a la par de nuestro anhelo por verter los fugitivos pálpitos del momento sobre pequeños trozos de papel

Por: EL INFORMADOR

Carlos Alberto Lara G.  /

Carlos Alberto Lara G. /

El Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia está convocando al ciclo 140 caracteres en la cuenta @literaturainba el próximo martes a las 19:00 horas. Un ejercicio plausible encaminado a motivar la creación literaria en torno al Twitter, en el que habrá mesas temáticas sobre el espacio virtual y publicación de las notas que no rebasen el número de caracteres establecido, para ser leídas por los contactos y seguidores del sitio.


Los organizadores señalan que el número de caracteres no es una limitación, antes bien consideran que esta especie happening de la mala escritura, ofrece una “libertad rara”.

En lo personal considero que, una cosa es el exponencial crecimiento del Twitt y su potencial de creación, incluso su contundencia como medio, y otra muy distinta que se quiera encumbrar como un generador de literatura a partir de la literatura, como señalan los convocantes que, convencidos de esto, y con la mirada puesta en los lectores de este tipo de espacios de expresión, crearon el hashtag #140cc, para quienes gusten impulsar la literatura en el Twitter.

Hace un par de años se publicaron los primeros textos literarios a partir de blogs en países como España.

Ediciones Hoy, fue una de las primeras editoriales que recogió trabajos como el de Alejandra Duque (seudónimo) www.laagendadevirginia.com que relata la historia de una joven de 22 años que trabaja como prostituta de lujo por la noche y de analista financiera por la mañana.

Usar y tirar es una característica de nuestra sociedad, a la par de nuestro anhelo por verter los fugitivos pálpitos del momento sobre pequeños trozos de papel.

El anterior, es un texto de Poesía de barra. Un bar de poemas, de la editora española Nati de la Puerta.

Un proyecto realizado en un bar español a manera de vehículo narrativo, en el que seleccionó diversos aforismos de los clientes para editar un bucle infinito cuyo reto fue “devolver a lo permanente y duradero el valor de lo efímero y transitorio, y transgredir así su condición de fugaz”.

Como vemos, la inmediatez coyuntural impulsada por la reprocultura ha terminado por crear más escritores que lectores, y una comunicación que si bien tecnológicamente es rica, humanamente es más pobre, como ha dicho el especialista camerunés Dominique Wolton.

Me han de disculpar, pero para alguien como yo, que padece infoxicación a causa de las hipermediaciones de la red, el Twitter, esa especie de ágora a la que acuden los seminautas a drenar esquejes de un pensamiento efímero y colectivo; eso que algunos de sus voluntariosos seguidores denominan el más joven de los géneros literarios, podría ser más un cesto de basura literaria.

Ahora bien, es parte de la bibliodiversidad y por ello debemos darle la bienvenida, aunque en lo personal no tengo óbice alguna en reconocer que me da bloguera.

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