La pizzería que se adueña de Campus Party

GUADALAJARA, JALISCO (01/JUL/2016) Cinco días, 24 horas continúas, más de 700 horas de contenido,  en donde el tiempo apremia ya que los verdaderos campuseros quieren aprovechar y no perderse ni una sola de las conferencias y talleres que se desarrollan dentro de Campus Party, pero no sólo de conocimiento se puede vivir, es necesario la ingesta de comida para poder sobrevivir a esta maratónica jornada.

Al fondo de uno de los salones se encuentra el área de comida. Ahí convergen puestos de comida rápida: lonches, tortas, tacos, hamburguesas, hot dogs, ensaladas, sushis y antojitos que ayudan a mitigar el hambre. El precio de éstos oscila entre los 50 y 90 pesos, pero hay un alimento que es el favorito de todos, así lo demuestran las mesas repletas de ellas, y que a pesar de que los hace desplazarse varios metros afuera de la Expo, no es impedimento para poder disfrutarla, solos o acompañados, el punto es degustarlas. 

Sin darse cuenta Little Caesar Pizza, se ha convertido en el alimento no oficial de la Expo Guadalajara, ellos son la pizzería que se adueñó de Campus Party.

"Porque es lo más práctico, porque es lo más rico, o simplemente porque es lo que va más nosotros", son algunas de las razones en las que los campuseros se decantan para pobrarlas. El lugar se ubica en Mariano Otero #1408 donde todo el día lucen largas filas para comprar algunas de las tres opciones de pizza: Queso, Peperoni o Hawaiana. 

Charlamos con el Supervisor Alejandro Ávila, quien nos comparte que estos días son de locura total, ya que durante los días que se lleva a cabo Campus Party, la venta se duplica. "Un día como estos vendemos como 2 mil pizzas" comparte una de las empleadas.

En el lugar laboran 18 personas repartidas en tres turnos, los cuales son exactamente los mismos que trabajan en los días cotidianos.

"La venta va bien, aún no hemos hecho cuentas,  pero es similar al año pasado" confiesa Alejandro mientras se comienza a retacar de campuseros el punto de venta.

La efervescencia por las pizzas va más allá de sólo comerlas. En uno de sus ratos libres, un par de estudiantes comenzaron a recolectar cajas vacías y para apilarlas una a una. Al ver el divertido momento, se sumaron decenas de personas para que la torre de pizza fuera lo más alto posible. Luego de minutos de suspenso  acompañados con el clásico "Una más", la gran torre colapsó dando paso a una lluvia de cajas por doquier.

EL INFORMADOR / HÉCTOR NAVARRO