Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | EN TRES PATADAS POR DIEGO PETERSEN FARAH

La miel y la jícara

El IMSS tiene una enfermedad crónica con la que, aparentemente, puede sobrevivir, pero siempre peor

Por: EL INFORMADOR

Diego Petersen Farah.  /

Diego Petersen Farah. /

El IMSS está al borde del colapso... otra vez. Lo mismo nos dijeron en el sexenio de Zedillo, y en el sexenio de Fox, y lo mismo nos dirá el próximo presidente, sea quien sea.

El IMSS tiene una enfermedad crónica con la que, aparentemente, puede sobrevivir, pero siempre peor.

En 15 años, desde que se declaró la primera crisis, hemos sido incapaces de resolver el surtido de medicinas a los pacientes. Lo que arreglan son las cifras para que los porcentajes se vean más bonitos, pero no el sistema de abasto y la distribución.

En 15 años no hemos podido resolver el problema de atención, por el contrario, cada día es más difícil que se atienda un paciente a tiempo. Hoy vemos como normal que haya que hacer colas, y que para lograr consulta se requiera destinarle un día completo. En 15 años no hemos resuelto el tráfico de incapacidades.

Las reformas “de fondo” que se han hecho al Instituto han servido para salvar el pellejo de los políticos, no para resolver el problema de los derechohabientes. Dicho de otra manera, la reformas se plantean para “salvar” a la institución, no para proteger al asegurado.

¿De qué le sirve a un trabajador un seguro en el que una operación de cadera se la programan para ocho meses después, con las molestias, dolores y efectos económicos que eso significa? ¿Para qué le sirve a un patrón un seguro en el que tendrá incapacitado a un trabajador por 10 o 12 meses porque el IMSS no puede atender con eficiencia las necesidades del asegurado? Otra vez estamos confundiendo la miel con la jícara.

Lo que hay que defender no es al IMSS ni al ISSSTE ni al Seguro Popular. Por lo que hay que pelear es por el derecho a la salud de todos los mexicanos, y para ello se necesita reformar el sistema de seguridad social de este país, no a los institutos.

Los derechos de los médicos y los trabajadores del IMSS, así como la importancia de la institución, no están en duda, pero es una discusión distinta.

En el momento social y demográfico que vive este país, es urgente plantear la salud como un derecho social universal en el esquema del piso mínimo como el que plantea Santiago Levy.

La siguiente pregunta es cómo lo financiamos, y la tercera es qué papel juegan los hospitales públicos, el IMSS, el ISSSTE, el Seguro Popular y la medicina privada, en ese orden, en este proceso.

Los problemas no son ideológicos, lo ideológico es la forma en que nos acercamos a ellos y el cómo pretendemos resolverlos. Decir que el IMSS no funciona es un asunto de derechas o de izquierdas, es una tema de operación que tiene que ver con la calidad de la atención y por ende con la vida de los pacientes.

Lo que esté en juego no es la salud del IMSS, es la salud de los mexicanos; es la miel, no la jícara.

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