México | EN TRES PATADAS POR DIEGO PETERSEN FARAH La independencia imposible La renovación de tres consejeros del IFE ha puesto nuevamente sobre la palestra política la pregunta sobre la función de los consejeros electorales Por: EL INFORMADOR 16 de octubre de 2010 - 05:52 hs Diego Petersen Farah. / La renovación de tres consejeros del IFE ha puesto nuevamente sobre la palestra política la pregunta sobre la función de los consejeros electorales. ¿Qué queremos, consejeros ciudadanos o representantes de los partidos? Parece vulgar retórica, y en cierto sentido lo es, pero en la respuesta están los matices necesarios para entender el asunto. Cualquier ciudadano que no esté vinculado a un partido, e incluso muchos de los militantes, contestarán sin duda que lo que se quiere y requiere es un consejo de ciudadanos, independiente de los partidos, que cuide el sentido del voto. Esta declaración de principios la firmaría hasta el mapache mayor. El problema comienza cuando hay que decidir cómo se elige un consejo ciudadano, y es ahí donde el rabo de la puerca rechina de retorcido. El principio de la democracia es la representación, por lo tanto lo mejor es que los representantes populares sean los que elijan a los consejeros electorales. Sin embargo, muchos de los demócratas y más claros pensadores de este país sostienen que la elección debería abrirse y sacarse de la esfera del Congreso, o al menos acotar el que este poder tenga el monopolio de la decisión, pues lo que termina pasando es que los partidos se reparten el consejo. La mayoría de los mexicanos no se sienten representados por el Congreso, a pesar de ser el resultado de una elección libre, equitativa y democrática. El Congreso es una perfecta síntesis de la sociedad mexicana, otra cosa es que no nos guste la imagen de nosotros mismos que ahí aparece. Pero todo lo que sucede en las cámaras sucede en la vida cotidiana. Ahí está al narco protegido por el político; el político que representa a un grupo empresarial o a una iglesia; ahí se transa y se negocia como en el mercado de abasto o en el de valores; ahí se chiquitea la ley y se le da la vuelta. Todo lo que pasa en la sociedad día con día pasa también en el Congreso. El Congreso no es una representación del pueblo, ese ente inmaculado y abstracto que sólo existe en los diccionarios y en los discursos políticos, el Congreso es una representación de la vida política del país, de los intereses, buenos o mezquinos, pero intereses al fin. El ejemplo clásico del Consejo Ciudadano independiente que se suele citar con nostalgia es el de 1997, pero resulta que la mayoría de los nueve consejeros se han dedicado clara y abiertamente a la vida partidista después de haber ejercido su función. ¿Cuál es la diferencia entre el consejero “independiente” que se gana la simpatía de un partido ejerciendo su función de árbitro, y la del árbitro que es apoyado, designado y cobijado por un partido político? La función electoral es eminentemente técnica y requiere una preparación específica. No hay un método que asegure la absoluta imparcialidad, lo que sí se puede asegurar, haciendo una selección seria, es que quienes lleguen sean profesionales de la materia electoral. Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Tertulia Lee También Sociales: 21° Torneo Adolf Horn de American Chamber México | Capítulo Guadalajara NFL: Los Ravens dominan a los Chargers Oktoberfest 2024: una tarde de intercambio culturalconvivencia alemana Sociales: Santiago Méndez Díaz, bautizo y cumpleaños en familia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones