Lunes, 21 de Octubre 2024
México | Tren Parlamentario por Vicente BELLO

La gran mentira del libre mercado

Tren Parlamentario por Vicente BELLO

Por: EL INFORMADOR

Tirios y troyanos estaban como niños en la primera fila: boquiabiertos, en silencio, escuchando embobados al profesor. Pero lo que han dicho los cuatro ex presidentes en el Alcázar de Chapultepec es de presumir que no ha sido de la simpatía total de quienes los invitaron. No al menos de quienes pertenecen al Partido Acción Nacional (PAN), y algunos del Revolucionario Institucional (PRI).

Y es que, aupados los ponentes continentales en el caballo viejo del sentido común, se pusieron a coincidir en casi todo con las propuestas económicas, políticas y financieras que la oposición más recalcitrante del país le ha estado haciendo al régimen de Felipe Calderón, prácticamente desde que éste llegó a la Presidencia.

La gradación de la opinión de los cuatro no alteró la sustancia, y en sus maneras de ver la crisis han concurrido sin ambages en un mismo lugar.

Que sí; hay que rescatar a la banca, pero ya no más a los banqueros, a quienes hay que obligar a pagar los errores que cometieron. Que cualquier decisión que se tome, debe ocurrir con gran rapidez, porque cada día aumentará el desempleo. Que si bien la crisis comenzó en el sector financiero, ya derivó en lo económico y social. Que Latinoamérica tiene la gran oportunidad de regionalizarse como lo hizo Europa, y México y Brasil deberían ser los ejes. Que ya se acabó el mito del libre mercado; pero, tampoco, el Estado debería ponerse a engordar. Que, de plano, en la construcción de un nuevo orden financiero, es muy importante que los países subdesarrollados no dejen que lo negocien sólo los 20 países que siempre han decidido todo. Que…

Abrió el Foro Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay. “Expreso el regocijo, la serena satisfacción de ver que un parlamento —decía el uruguayo en el arranque, en descargo del Congreso de la Unión—, el instituto más vilipendiado del sistema político occidental de los últimos años, es capaz con madurez de sentarse a dialogar en medio de una crisis universal”.

Se refería al Foro México ante la crisis: ¿qué hacer para crecer?, convocado y organizado por el Senado y la Cámara de Diputados. Continuó: “Una crisis del sistema, que nos engloba a todos; se inicia en lo financiero, se traslada a lo económico y sus proyecciones sociales son incuestionables”. Y acusaba: “Sabemos de dónde nace: de los excesos financieros, de los excesos de la desregulación de cierto sector de las finanzas (se refería sin duda al mercado de valores), y a partir de ahí, de una construcción irreal de tipo monetario y crediticio”.

Y sentenciaba: “Sabemos que (esta crisis) es el punto final de una economía absolutamente desregulada (el libre mercado) en las finanzas. Es el punto final al fundamentalismo del mercado”.

Sanguinetti entonces habló de prioridades: dos: el empleo y la seguridad. Y de una advertencia: “No nos engañemos. No se crece sin inversión, nacional o extranjera”.

Entonces habló Romano Prodi, ex presidente de Italia. Fue él quien comparó a la crisis con la lluvia de Italia, que llega del norte; aunque —acotó el italiano— no implica únicamente a Estados Unidos, porque es fruto también “de los grandes desequilibrios que se construyeron durante años entre Asia, Estados Unidos y Europa”. Y acusaba: “Una protección exagerada al consumismo, una falta de ahorro, excesos de ahorro en otra parte, alimentaron el desequilibrio que no tiene ahora ningún control”.

Esta crisis, dijo Prodi, provocó una reacción positiva en la política mundial: la respuesta fue inmediata y similar en cada país (aumentar el poder adquisitivo, inversión pública), lo que no ocurrió en la crisis de 1929, de la que se tomaron medidas tres años después.

Fue Romano Prodi quien advirtió un nubarrón: “No sabemos, sin embargo, si estas respuestas son suficientes, porque el aspecto cuantitativo de esta crisis no lo sabemos; lo ignoramos”.

Prodi aconsejó: “(Debe aplicarse) un plan fuerte de coordinación, pero a sabiendas de que la cantidad podría aumentarse. Y las decisiones deberán tomarse rápidamente, porque el desempleo aumenta (…) y hay que movilizar a todos los recursos humanos”.

Prodi, a propósito de los bancos: “Los dirigentes que se equivocaron no pueden ser premiados; los bancos deben salvarse, pero los banqueros tienen que hacer su trabajo. Los banqueros en América Latina están más exigentes con empresas y ciudadanos. Esto es inadmisible, incluso cuando está claro que los bancos deben examinar caso por caso antes de dar el crédito”.

Más consejos de Prodi a México: mirar hacia el mercado interno; colocar en la misma charola a la industria y a la agricultura; crear una nueva política industria cada vez más diversificadas en inversiones americanas, asiáticas y europeas. Y, particularmente, que las Pymes “sean dueñas de su propia estrategia y crecimiento”.

Turno de Ricardo Lagos, ex presidente de Chile. “Ciudadanos todos somos iguales; como consumidores, distintos, porque depende de nuestro bolsillo. Y por lo tanto cuando decimos que descansamos exclusivamente en el mercado, vamos a estar descansando en las igualdades y desigualdades de los bolsillos de cada consumidor”.

Diseccionaba así: casi todos realizaron básicamente tres medidas: “Cómo asegurarnos que el sistema financiero sigue funcionando; cómo aumentamos la producción; cómo remediamos el drama social del desempleo que va a llegar”.
Ricardo Lagos decía entonces que la crisis es oportunidad de una gran convergencia de ideas en torno a ciertas ideas matrices de atrevernos a dar el salto”. Y luego contó una conversación que había sostenido con Sanguinetti, quien le contó que en su primera administración estaba aterrado porque la banca uruguaya podría tener una caída de 70%. “ Mis amigos —dijo Sanguinetti, según Lagos, a líderes políticos y a opositores—, vamos a salvar la banca, pero no a los banqueros; los banqueros tiene que hacer la pérdida”.

Luego, habló de tener equilibrios estructurales en materia de política fiscal. Y ejemplificó: gastar más en tiempos de vacas flacas, y menos cuando están gordas. Suele profundizar una crisis gastando menos cuando hay vacas flacas.
Cuarto invitado: Felipe González, ex presidente español. “Si no hay modificaciones del funcionamiento del sistema (financiero mundial), estamos ya incubando la siguiente crisis antes de salir de ésta”.

Fue el español quien evocó la caída del Muro de Berlín, cuando creyendo que desaparecería el bipolarismo para derivar en multilateralismo, en realidad devino en unilateralismo. Y fue cuando el mercado dijo a los políticos que se hicieran a un lado, porque la “mano invisible” del mercado autorregularía; que no estorbaran (los políticos), que no vigilaran; que dejaran tranquila a la economía. “Y por tanto confundimos economía de mercado con sociedad de mercado, y la sociedad es algo más que mercado. Fue un error grave. Y ahora estamos convocados los políticos aquí; pero convocados por la mano invisible del mercado que nos ha metido en este desastre”.

Y seguía Felipe González: “Y nos llaman a la política para que resolvamos los problemas; muy bien, deberíamos estar contentos; pero llevamos (los políticos) tanto tiempo en el banquillo que estamos muy desentrenados para saber cómo meterle mano a este asunto tan complicado, a nivel local y global”.

El español resumía: “Es inadmisible que sigamos aceptando que el mercado autorregula. Es mentira”. Pero fue él quien advirtió que el Estado tampoco debe perder agilidad y engordar; esto, en alusión a la adquisición de empresas y empresas.

Por allí andaba Carlos Slim; sentado allá por la tercera fila. Fue el único empresario citado por uno de los conferencistas.

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