La Suprema Corte, qué vergüenza

Es verdaderamente vergonzoso el comportamiento y criterios de la Suprema Corte; después de sus debates y discusiones sobre la legalización del matrimonio entre homosexuales, salen con su “domingo siete”, pretendiendo obligar a todos los estados de la República a legalizar dichos matrimonios.

¿Dónde quedó lo que pregona la Constitución, que dice que los estados son libres y soberanos?, ¿qué clase de familia tendrán los ministros de la Suprema Corte?, ¿qué clase de moralidad le enseñan a sus hijos y en qué está basada su familia?, ya lo dijo el cardenal primado de la Ciudad de México, apoyado por todos los obispos del país, que el matrimonio entre homosexuales era aberrante e inmoral; siquiera algunos ministros de la Corte estuvieron en contra de esa vergonzosa aprobación y dictamen a nivel nacional.

Con todo respeto a los homosexuales, porque lo merecen, no podemos olvidar que todos fuimos creados por Dios, con un diseño humano y con unas características para funcionar física y sexualmente de una manera específica, sin embargo es respetable que cada quien escoja su procedimiento y su camino, pero legalizar el matrimonio entre homosexuales y pretender que sea a nivel nacional, es una verdadera vergüenza de la Suprema Corte y sus ministros.

Ahora están en la discusión de la legalización de una posible adopción por una pareja de ellos, ya consumado el matrimonio. Por favor reflexionen con su familia, ¿qué clase de familia tienen?, ¿qué no se dan cuenta que un niño necesita y espera tener una madre y un padre, una mujer y un hombre?, ¿qué clase de futuro le espera al niño en caso de que fuera adoptado por una pareja de esas características?

Ahí les encargo señores ministros, que reflexionen y tengan un poco de vergüenza, moralidad y valores humanos.
Si seguimos analizando el Poder Judicial a otros niveles de magistrados y de jueces, es evidente la floreciente corrupción que sucede a diario y que en otra ocasión relataré algunos casos específicos en donde procuradores, jueces y magistrados corruptos, gracias a Dios hay sus valiosas y valientes excepciones, han sido comprados por abogados igual de corruptos y rateros, que portan relojes de 80 mil dólares y trajes de seda de Versace, que han hecho que algunos jueces y magistrados hayan dado fallos o revocado sentencias absurdamente, probadas con constancias claras. Esos abogados dicen que es el camino forzoso para ganar un caso “chueco”.
El Presidente de la República, el miércoles 11 de agosto en el Campo Marte, puso en duda y habló de las “curiosas” sentencias que habían ejecutado algunos jueces y magistrados.

Le queda un gran trabajo a la Judicatura para enderezar, castigar y exhibir a los corruptos pillos, que muchos se las dan de honorables.

Ojalá los abogados honestos y ciudadanos perjudicados por las corrupciones de algunos de estos, se atrevan a demandarlos y poner las quejas respectivas, apoyados por los magistrados y jueces honestos.