Kafkiano: partidos golpean ciudadanos

Felices, malquerientes del Gobierno de Felipe Calderón aplaudieron la golpiza propinada por los partidos opositores —y uno que otro intelectual orgánico— al decálogo electoral propuesto al Congreso por el Presidente.

Lo que nunca entendieron los aplaudidores —porque la fobia nubla la razón—, es que la alianza PRI-PRD contra la reforma de Calderón, en realidad es una golpiza política contra los ciudadanos. Es decir, que en el foro organizado por el Senado para analizar el “decálogo Calderón”, los patos dispararon a las escopetas. Kafka en el México de 2010.

Y es que ciegos, sordos y embotados por el odio hacia “el espurio”, dirigentes del PRD, intelectuales “de izquierda” y legisladores del PRI, acribillaron la única propuesta electoral que intentaba devolver a los ciudadanos una pizca del control sobre partidos políticos y puestos de elección popular.

En pocas palabras, que el PRI y su primo bastardo, la izquierda del PRD, reventaron toda posibilidad de frenar la insaciable partidocracia. Peor aún, con el “sambenito” de que se trataba de un decálogo propuesto por “la horrible derecha” —y por eso había que reventarlo—, echaron abajo la más importante reforma electoral, luego de la gran legislación de 1996-1997.

¿Por qué el derrotado no fue Calderón y perdieron los ciudadanos?

Elemental, porque seis de los 10 puntos de la reforma regresaban a manos de los ciudadanos decisiones político electorales básicas. ¿Cuáles? Las candidaturas independientes, la reelección de diputados y alcaldes, la iniciativa ciudadana, elevar el porcentaje de votos para ratificar el registro, y la segunda vuelta electoral. Al recuperar el ejercicio de esos derechos políticos, los ciudadanos podían equilibrar el poder de la partidocracia.

Pero en lo más profundo de la guerra que desataron PRI y PRD contra los ciudadanos, está precisamente el valor que cada grupo político le da al ejército de “anulistas”, promotores del “voto blanco” o del “no”. El decálogo de Calderón era una respuesta a ese 10% de votos nulos por convicción. Al reventar el “decálogo Calderón”, la izquierda mexicana y el PRI no derrotaron a Calderón. Simple y llanamente ignoraron el reclamo de los anulistas voluntarios —que en 2012 podrían ser 20%—, y que a partir de hoy nos declaramos en pie de guerra. Al tiempo.

En el camino

Lamentable que el Gobierno de Calderón sea incapaz de defender su reforma. Y triste que la izquierda mexicana, o lo que queda de ella, haga mafia con el PRI para limitar los derechos ciudadanos. Un caso para Kafka.