México | DETRÁS DE LA NOTICIA POR RICARDO ROCHA Juvenicidios: la muerte del futuro Si seguimos matando a nuestros jóvenes, todo lo demás carece de sentido Por: EL INFORMADOR 1 de abril de 2010 - 02:46 hs La peor señal de hacia dónde va el país, son los asesinatos de cada vez más jóvenes. Eso es lo que nos debiera alarmar más que cualquier otra cosa: más que las reformitas política o laboral; más que las coaliciones por los próximos procesos electorales; más que los plazos para la recuperación económica; vaya, más que la cantaleta de 2012. Porque si seguimos matando a nuestros jóvenes, todo lo demás carece de sentido. Y hablo de crímenes colectivos en varias modalidades: Desde luego están los obvios que tienen que ver con la estadística alarmantemente creciente de cada vez más jovencitos y aun niños masacrados por el crimen organizado. Pareciera un “daño colateral” teledirigido sobre todo en los años y meses recientes. Ya horroriza la cronología: los 15 muertos de Salvárcar por un comando de sicarios armados; poco después, ahí mismo, a unos cientos de metros, otros seis ejecutados que velaban a un séptimo; luego los dos posgraduados del Tec, y más recientemente los 10 jóvenes y niños de Durango masacrados por un grupo paramilitar en circunstancias todavía no aclaradas del todo. Por supuesto que en ése y en todos los casos importa saber quién los mató. Y por qué. Para castigar a los culpables. Pero, lo paradójico es que en otro sentido da igual quiénes fueron los criminales. Y para el caso es lo mismo: lo cierto es que cada vez caen más jóvenes en balaceras por todo el país; aun con el conservadurismo mañoso de las cifras oficiales se estima que, de los 15 mil muertos de esta guerra del absurdo, al menos tres mil son mujeres y hombres muy jóvenes caídos casi a partes iguales a ambos lados de la línea de fuego. Si no los matamos, les matamos la ilusión: de ser hombres de bien; de hacer una carrera; de retribuirle al país lo que éste habría de darles a través de una educación pública de calidad, en lugar de rechazarlos por falta de cupo; de construir una familia y de servir y servirse de una comunidad armónica. Nada de eso. Por el contrario, los matamos. Pero antes, los fragmentamos y los enfrentamos. Así que, por lo pronto, hay varios grupos de jóvenes más o menos estratificados aun contra su voluntad: los que conforman esa inquietante generación NiNi, que ni estudian ni trabajan y viven en el limbo de los emos, los darks o las pandillas; los privilegiados que sí estudian y que —cosa muy rara— tendrán por una razón o por otra un lugar en el mercado de trabajo; los que aun estudiando mucho se enfrentarán al terminar al vacío laboral terriblemente frustrante e irritante. A todos los estamos matando de un modo u otro. Y, con todos, nos morimos un poco. Temas Crimen Organizado Jóvenes Rotonda Detrás de la noticia Lee También NUEVO saldo de muertos por hechos violentos en municipios de Sinaloa Lunes violento despierta a Sinaloa con enfrentamiento en penal Remplazan cámaras de videovigilancia en Culiacán Andy contra Omar Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones