Jaloneos prelegislativos

Desde hace casi exactamente un año, los panistas de Jalisco sabían que el entonces subsecretario de Gobernación, Abraham González Uyeda, sería el coordinador de su fracción en la siguiente legislatura local. Nadie imaginaba que se vendría un cataclismo para Acción Nacional en la Zona Metropolitana de Guadalajara y que los priistas los superarían en las diputaciones de mayoría, pero eso no cambiaba el panorama.

El mismo González Uyeda lo dejó entrever en una breve entrevista que concedió a EL INFORMADOR el 27 de enero de 2009; cuando le pregunté si venía por una diputación plurinominal y luego la coordinación, me dijo: “Estamos en el análisis, ante la propuesta de trabajar en la coordinación (de los próximos diputados del PAN), pero eso es una decisión que conforme se den los resultados tendrá que analizar el presidente del partido ( Eduardo Rosales), y el perfil de los diputados que lleguen para ver qué es lo que más le conviene a la ciudadanía y también al partido”.

Rosales llegó a expresar en corto su desesperación porque un mes después de este anuncio, Abraham seguía despachando en Gobernación y las campañas políticas acá estaban encima. Lo necesitaba como su operador, junto con el entonces alcalde de Tlaquepaque (y a la postre sucesor del decapitado Eduardo), Hernán Cortés.

Hace unos meses, cuando los otros partidos perfilaban a los coordinadores parlamentarios, en el PAN seguían en lo dicho (aunque públicamente simulaban que habría una auscultación): el bueno era González Uyeda. Un panista relevante me comentó que había inquietud en el grupo hegemónico del PAN Jalisco, el de Francisco Ramírez Acuña, porque el ex subsecretario no estaba haciendo la chamba para jalar para su causa a los dos diputados del Partido Nueva Alianza y arrebatarle, de facto, la mayoría (o la minoría más grande, para ser precisos) a la fracción del PRI.

Pero en el tricolor, su dirigente Rafael González Pimienta comenzó a tejer fino, tocando base a cada momento en las oficinas de su presidenta nacional, Beatriz Paredes, para que decidiera sobre su coordinador, porque todos querían, y se creían con tamaños para la coordinación.

Una tarea fundamental que debía realizar de inmediato el ungido sería amarrar a los dos del Panal, cosa que no se veía tan complicada, o al menos no la veían así los dirigentes. Pero ahora se menciona que al designado, Roberto Marrufo, ya se le hizo bolas el engrudo y que los subordinados de la maestra Elba Esther, dueña de la franquicia, quieren irse por la libre y no aliarse a la fracción del tricolor, lo que lleva al PAN prácticamente a recuperar el terreno que perdió en las urnas. ¿Será el primer rescate de González Pimienta ante un coordinador que solito se metió al hoyo?