Isabel Miranda de Wallace

La profesora Isabel Miranda de Wallace simboliza lo mejor de las mujeres, en lo particular, y representa, sin desearlo, el coraje que por la inseguridad pública envuelve a millones de ciudadanos mexicanos, en lo general. Como mujer, es admirable su tesón, inteligencia y valentía para, desde julio de 2005, investigar el secuestro de su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda. Un terrible caso que, como miles más, aún no concluye.

¿Cuántas madres mexicanas de manera similar han tenido y tienen que enfrentar auténticas pesadillas para buscar a sus hijos secuestrados, torturados o desaparecidos por delincuentes comunes y con placa y uniforme? ¿Cuántas mamás que exigen justicia han sido amenazadas, difamadas, humilladas, desoídas, por autoridades del país, cómplices por acción u omisión de grupos delictivos?

Pongo tres ejemplos de madres que han dejado todo, desde su salud hasta su dinero, para buscar a sus hijos o familiares y exigir justicia a sordos e insensibles funcionarios mexicanos: las mamás de los más de 700 desaparecidos políticos en los años sesenta, setenta y ochenta, de acuerdo con la Fiscalía Especial de la Procuraduría General de la República (PGR); las progenitoras de las ocho jóvenes asesinadas en 2001 en los campos algodoneros de Ciudad Juárez, Chihuahua, que cuando demandaron detener a los responsables de los homicidios padecieron agresiones, discriminación y desdén de autoridades policiacas y judiciales; y la propia Isabel Miranda de Wallace, al igual que otras mujeres con hijos o familiares secuestrados o asesinados.

Isabel Miranda de Wallace, quien encabeza la organización civil Alto al Secuestro (su web es www.altoalsecuestro.com.mx), representa a millones de ciudadanos víctimas de la inseguridad pública y la injusticia jurídica. Mientras la delincuencia rebasa a las autoridades, la clase gobernante sigue ajena a esa realidad, metida en vergonzosos toma y daca, como el recientemente hecho público entre Beatriz Paredes, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y César Nava, del Partido Acción Nacional (PAN), con el aval de Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación.

Todavía este martes, la maestra De Wallace y Organizaciones No Gubernamentales demandaron las reformas políticas que necesita el país, y ella denunció cómo, “nunca como ahora, existe ese divorcio entre el Congreso (de la Unión) y los ciudadanos. Ellos legislan y convienen qué es lo que quieren legislar. Se intercambian favores: ‘yo te doy esto y tú me das el otro’. ¿Y los ciudadanos cuándo?”, preguntó.

Luego de celebrarse el lunes pasado el Día Internacional de la Mujer, habrá que reconocer y emular a mujeres mexicanas que, como las referidas, sin ser las únicas, actúan, enfrentan, denuncian. Son de lo mejor en este país que amenaza con desmoronarse.