Martes, 26 de Noviembre 2024
México | Por José de Jesús Covarrubias Dueñas

Imperios de la decadencia

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Por: EL INFORMADOR

La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, emitida el 26 de agosto de 1789 en Francia, y que ha venido a formar parte de las constituciones francesas, como lo es la actual, de la Quinta República de 1958, es paradigmática en el planeta en lo que se refiere a los sagrados, inalienables, imprescriptibles e indivisibles derechos de las personas y de los ciudadanos.

En dicha Declaración, se expresa que: “…considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre, son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos…”.

De lo anterior se desprende que las denominadas naciones “cultas y civilizadas” han proclamado en sus normas y tal vez, sólo para sus ciudadanos, declaraciones demagógicas que no siguen, no cumplen y se han tornado en países opresores, sobre todo, con otras naciones, estados o regiones del planeta.

Por lo anterior, los países como México, que no han sido hegemónicos y se han caracterizado por sufrir diversas invasiones y formas de intervencionismos que no han terminado y nos demuestran que dichos países, siguen inmiscuyéndose en asuntos que son soberanos, según sus propias doctrinas.

Los imperios en decadencia siguen espiando a los demás países, tal como se evidencia con el caso WikiLeaks y los innumerables casos de espionaje de los países europeos, asiáticos y demás estados hegemónicos que padecen enfermedades mentales de poder, las cuales sufrimos en todo el planeta, objeto de depredación y de dominación, así como los seres humanos.

En ese sentido es muy buen momento para cobrar conciencia los seres humanos, de que el planeta no es patrimonio de nadie en especial, empresa, holding, corporativo o determinado grupo de personas; lo mismo acontece con cada país, si bien es cierto que existen grupos poderosos que los controlan, tampoco es correcto que decidan lo que se debe hacer por toda una nación y quien lo determine sea una persona.

De aquí los grandes y graves errores en los países actuales, donde oligarquías y pequeños grupos se han apoderado de las ideas de la soberanía; que pregonan la instauración de repúblicas, cuando se manipula el poder mediante la televisión y otros medios que sirven a los hegemónicos.

Por ejemplo, si en un país mandan los petroleros y éstos apoyan o imponen al presidente y a los congresistas, pueden manipular los intereses de una “nación” en su nombre, lo cual es demagógico y atenta contra los principios republicanos y democráticos.

Así, si este grupo, sigue acumulando capital y como su negocio principal es el petróleo, entonces, se pueden expandir, en nombre del liberalismo económico, de la libre empresa y de la libertad de comercio a apoderarse de otros “mercados petroleros”; pero, si esos mercados, son controlados por empresarios o políticos de ese país, se les puede derrocar con “revoluciones tecnológicas” con apariencias de democracia, lo cual es falso.

Una vez controlados los países que tienen el petróleo, se puede influir en las bolsas de valores y en otros rubros económicos, para así, también influir en diversos países y organizaciones internacionales; por tanto, en jefes de Estado, congresistas y demás personas que elaboran las leyes y las normas a las que nos deben sujetar todos los ciudadanos del planeta.

Por ejemplo, un país imperialista, que tienen enemigos en todo el planeta porque ha invadido otras naciones y han dominado de tal manera regiones, ciudadanos y personas, que ha suscitado un rencor social de tal magnitud, que las compañías aéreas de todo el planeta tienen que seguir dichos lineamientos, porque cualquier persona puede “ser terrorista”, cuando los principales terroristas son ellos, los que venden armas y arman en un país unos contra otros.

En el orden de ideas, si un país tiene terroristas, plagiarios, espías o personas para que desestabilicen, intervengan o actúen en beneficio de sus intereses imperialistas y en contra de los países dominados; si dichas personas, al servicio de los países dominantes, son aprehendidas o detectadas y se les aplican las leyes que de manera soberana ha expedido dicho país que sufrió la intervención porqué entonces estos imperios decadentes, con el pretexto de popularidad electorera, nos agreden y quieren imponer sus caprichos.

De aquí la necesidad de que nuestros gobiernos defiendan nuestros intereses, impidan  la intromisión de armas y demás tráficos ilegales; el intervencionismo cultural y social; porque nuestros intereses son los de ellos, los de su familia, hijos y demás personas que habitamos este maravilloso territorio que despierta ambiciones y por el que se siguen disputando las diversas hegemonías su control.

Así, lo mejor que podemos hacer es prepararnos, cultivarnos, estudiar y apropiarnos de nuestra historia, de nuestros recursos y de nuestro país, para el beneficio de todos los que lo habitamos, queremos y trabajamos por nuestra Patria, a la que deseamos ver libre y respetada como nosotros los hemos respetado a todos.
(Magistrado del TEPJF)

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