Imperialismo marciano

El dictadorzuelo venezolano Hugo Chávez atribuye al imperialismo la extinción de la vida en Marte a manera de advertencia de lo que puede ocurrir en caso de que el mundo no se adhiera a su socialismo mesiánico del siglo 21. Es una tontería más del gobernante. Le voy más a la estupidez como probable causa futura de la extinción humana que al imperialismo.

Carlo M. Cipolla, establece cuales son las leyes fundamentales de la estupidez humana. La primera afirma que siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo. La segunda establece que la probabilidad de que una persona determinada sea estúpida, es independiente de cualquier otra característica de la misma persona, lo cual significa que cualquiera puede serlo, independiente de su nivel educativo, social o económico, raza, sexo o religión. Lo puede ser un premio Nobel o un analfabeta. La tercera ley —llamada ley de oro— determina: “Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”. La cuarta afirma que las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Y concluye: “Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos, se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error”. Finalmente la quinta ley resalta que la persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe. Y el corolario de esta ley dice: El estúpido es más peligroso que el malvado.

Cuidémonos entonces más de los estúpidos y evitemos que nos gobiernen, y también, porque no decirlo, de evitar actuar estúpidamente, más que de conceptos retóricos como el imperialismo. Finalmente el mercado es esencial a nuestra condición humana. El que sean menos o más los participantes, es lo importante. Si son menos, debido al capitalismo mal entendido o al socialismo, (monopolios y oligopolios, privados o públicos), la riqueza se concentrará más de lo regular en unos pocos (altos funcionarios y dueños, públicos o privados). En cambio, entre más empresas existan -obviamente privadas-, si bien algunas con connotaciones sociales, como algunas cooperativas de adeveras, la riqueza aparecerá más extendida. Esto sí es inteligente.