“Iluminemos México”

CIUDAD DE MÉXICO.- ¡Que se vayan si no pueden contra el secuestro, la violencia y la impunidad! exigieron miles de participantes en la marcha “Iluminemos México” que se llevó a cabo en todo el país. Aunque se dijo que sería una demostración silenciosa, en varias partes estalló el reclamo: ¡Ya basta!

Familias completas llevaron banderas blancas y tricolores. La mayoría vestidas de blanco, al final prendieron sus veladoras y entonaron el Himno Nacional.

“Tenemos una delincuencia organizada y una Policía desorganizada, por ello ha crecido la inseguridad”, censuraron tres mil personas en Pachuca, Hidalgo. Al final dijeron al Gobierno: Que se vaya si no puede.

Junto con 150 tabasqueños una familia desfiló en Villahermosa con la foto de un joven que desapareció en el poblado Aquiles Serdán, Macuspana.

En Monterrey, Nuevo León, dos mil manifestantes se congregaron en la Plaza Morelos y llevaron su marcha hasta la explanada de Los Héroes frente a Palacio de Gobierno.

¡Autoridades. Si no pueden renuncien! señalaron 200 manifestantes en la Costera Miguel Alemán de Acapulco, Guerrero. “Queremos paz, no más secuestros, no más impunidad”, dijeron también en Zihuatanejo.
Las campanas de la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe repicaron en solidaridad al reclamo de dos mil 500 tijuanenses que exigieron acabar con la corrupción y la impunidad.

Unos 10 mil poblanos, en su mayoría vestidas de blanco, recorrieron las calles del centro histórico de Puebla.

Con el propósito de despertar el interés ciudadano, para buscar una mayor seguridad, cientos marcharon en Culiacán y en Mazatlán, Sinaloa.

En repudio a la ola de violencia, en 10 ciudades de Veracruz, desfilaron en silencio 15 mil personas.
“Hambre de paz y seguridad” expresaron Chetumaleños. Pidieron reforzar la frontera con Belice y Guatemala, dado que el Gobierno la ha tratado como la frontera olvidada.

Tras marchar a lo largo del Paseo Montejo de Mérida, organizaciones yucatecas exigieron que haya paz.
En Tuxtla Gutiérrez y en Tapachula, Chiapas, apenas 300 ciudadanos pidieron frenar la violencia.

Con playeras en donde se leía: “Si no pueden renuncien”, 15 mil morelenses desfilaron en Cuernavaca, para pedir que se detenga la ola de secuestros que ha repuntado en el Estado.

Con sus cartulinas con mensajes de “Ya basta” y “No nos vamos a atemorizar ante la delincuencia”, cinco mil zacatecanos desfilaron.

En Guanajuato, siete mil participantes con una exigencia unánime: “fin a la violencia” “Alto a la impunidad” “Freno a tantos asesinatos” y “Si el Gobierno no puede que se vaya”.

Del Ángel al Zócalo

La retaguardia de “Iluminemos México” apenas saludaba al Ángel de la Independencia cuando, en punto de las 8:30 de la noche, miles estallaban en el Zócalo de la Ciudad de México y cantaban el Himno Nacional… las veladoras estaban encendidas.

Y ahí —donde estuvieron ausentes las ideologías, las diferencias políticas y los colores partidistas— en la retaguardia de la marcha de los mexicanos en demanda de seguridad, hasta atrás, estaban las familias de quienes no aparecen en los periódicos:

Mónica Alejandrina (secuestrada), Erik Moran Muller (asesinado), Ulises Andrés Badillo Flores (asesinado), Esmeralda Román (asaltada), Patricia Santana González (su bebé fue secuestrada) y de otros miles de anónimos, con miles de historias… todas teñidas de dolor.

A lo largo de la retaguardia de esta marcha —la tercera en su tipo en la Ciudad de México durante la última década— se siente la desolación, la frustración de un sector de los mexicanos.