¿Ideología o mercadotecnia?

Ni siquiera creo que se trate de propuestas o iniciativas que nazcan de una preocupación real emanada de un principio ideológico; no, no creo que tengan nada que ver con eso y me refiero, en este caso, el más reciente, a la iniciativa presentada por el Ejecutivo estatal el jueves pasado ante el Congreso del Estado, con reformas a los códigos Penal y Civil que, fundamentalmente “obligan a las mujeres a pedir la autorización de su cónyuge cuando quieran someterse a algún proceso de esterilización” y que, además, contempla sanciones para quien “sin el consentimiento expreso de quien tenga legitimación para otorgarlo conforme a las disposiciones legales aplicables, practique procedimientos quirúrgicos que provoquen en una persona esterilidad”.

Es decir, así como está presentada (por cierto, de manera poco clara, más bien ambigua y con marcadas desventajas para las mujeres), podría ser sujeto de sanción una mujer que tomara la decisión de someterse a un proceso de esterilización, sin la aprobación o permiso expreso de su esposo, ¡ah!, porque además está otra iniciativa, aprobada ya en comisiones, para “blindar” a la familia y determinar que legalmente sólo se reconocerá a aquella que esté integrada por un hombre, una mujer y los hijos de ambos.

Esto sucede en el Estado de Jalisco, en pleno siglo XXI, vía el Partido Acción Nacional (su bancada en el Poder Legislativo) y el Ejecutivo, cuyo titular pertenece a ese instituto político.

Sin embargo, reitero, no creo que esto esté inspirado en su ideología, sino que más bien la motivación es electoral, por un lado, en busca de la consolidación y eventual incremento de su voto duro y, por otro, de una estrategia de mercadotecnia política que ha sido un patrón de conducta en la administración de Emilio González Márquez, con el propósito de lograr un posicionamiento incluso nacional, vía el escándalo y la polémica, que por lo general causan división entre la sociedad, total y absolutamente conveniente en términos electorales.

Hecho del que estoy convencida, con mayor razón, cuando ayer, el secretario general de Gobierno salió a aclarar los puntos que desde su perspectiva fueron malinterpretados, no obstante, el carro ya se había echado a andar y quién sabe cuándo pare, lo suficiente para ganar menciones en eso que se llama “recordación” en las encuestas electorales.

En sentido contrario, el PRD ha actuado de manera similar en el Distrito Federal, con base también en un cálculo electoral: captar minorías que, en conjunto y a la hora de votar, no lo son tanto.

Quién sabe qué otras cosas nos tenga deparadas la clase política rumbo al año 2012, pero lo que sí me queda muy claro, es que la iniciativa del Gobierno del Estado de Jalisco, independientemente de que se apruebe o no, causará un efecto perverso en las aspiraciones presidenciales del gobernador porque, aunque no cejan en sus intentos por manipular, la sociedad está más alerta.