Homenaje a dos niñas

En esta semana dos pequeñas murieron asesinadas cobardemente en la Colonia del Fresno. Dos vidas inocentes se suman a las más de 34 mil víctimas de una guerra que parece no tener fin.

Los ciudadanos no podemos dejar pasar desapercibido un hecho lamentable, para convertirlo en un grito de alerta contra la impunidad. Contra la actitud de tratar de minimizar los hechos para acostumbrar a la opinión pública a tolerar la violencia como parte de la vida cotidiana.

Un grito de alarma para recobrar el control de los espacios públicos en zonas de la ciudad y del país en donde se tolera el tráfico ilegal de mercancías, de personas, de armas, de medicinas, de películas y de drogas.

Se sabe que en el barrio del Santuario se venden medicinas, que en San Juan de Dios contrabando, que en la calle 5 de Febrero autopartes robadas, que en muchas colonias hay tienditas, que hay carreras de caballos con apuestas enormes, que hay en nuestro entorno una cantidad de enorme de actividades ilícitas.

Las autoridades dan respuestas parciales, medidas, cautas, mientras la sociedad cada vez se acostumbra más a la irregularidad que significa la impunidad.

La mejor forma de rendir homenaje a estas pequeñas es no dejar que pase desapercibido un hecho tan grave. Asumir nuestra capacidad de asombro e indignación ante estos hechos. Asombro que nos haga reaccionar para exigir respuestas a las autoridades que deben combatir el crimen en esta zona especialmente conflictiva de nuestra ciudad y en todos los espacios.

Ante este grito que ha surgido de la profundidad de la Colonia del Fresno no caben intereses parciales, debemos respaldar a la autoridad, pero al mismo tiempo exigirle, no solamente que resuelva este crimen, sino todos los que se cometen a diario. Exigir que la autoridad actúe con inteligencia y eficiencia para reducir a su mínima expresión el desarrollo de estas actividades, que producen enormes cantidades de recursos.

La respuesta a éste y a otros crímenes debe ser la coordinación de esfuerzos y la suma de recursos.

 Las policías y las procuradurías deben actuar unidas por encima de cualquier diferencia de criterio que pudieran tener.

En hechos como éste no caben diferencias políticas, todos debemos apoyar a las autoridades encargadas de la seguridad y a las que investigan los delitos. Nada más peligroso en este momento que sembrar la discordia. Nada más despreciable que eludir las tareas.

Y nada más delicado para la sociedad que asumir la violencia como un hecho rutinario que forme parte de nuestra forma de vida.

Rindamos homenaje a estas niñas respaldando la tarea de las autoridades y comprometiéndonos a no perder nuestra capacidad de indignarnos y exigir respuestas efectivas contra el tráfico ilegal de todo tipo.