Halloween

“Con la colaboración especial de Marina Urquiza”. Gracias Marina.

Surge con esta fiesta una pregunta inevitable sobre el Halloween. ¿Deben los cristianos o católicos participar en estas celebraciones paganas? Debemos simplemente ignorar esta tradición? O como cristianos simplemente ¿debemos “acomodarla” a las nuestras?

La celebración del Halloween, también conocido como el Año Nuevo de las Brujas tiene sus raíces en el antiguo calendario pagano en donde se dividía el año entre el Verano y el Invierno con dos festivales del fuego.

Antes del nacimiento de Cristo, el día que conocemos como Halloween o “Samhain” es la festividad de origen “Celta” más importante del periodo pagano que dominó Europa hasta su conversión al cristianismo, en la que se celebraba el final de la temporada de cosecha. Es tanto una fiesta de transición (el paso de un año a otro) como de apertura al otro mundo. En los idiomas gaélicos “Samhain” es la palabra para “noviembre” y puede significar “fin del verano”.

La festividad céltica de Samhain se describe como una comunión con los espíritus de los difuntos que, es esta fecha, tenían autorización para caminar entre los vivos. Para mantener a los espíritus contentos y alejar a los malos fuera de sus hogares, dejaban comida fuera, una tradición que evolucionó convirtiéndose en lo que hoy hacen los niños yendo de casa en casa pidiendo dulces.

Desde el siglo IV la Iglesia de Siria consagraba un día a festejar a Todos los Mártires. Tres siglos más tarde el Papa Bonifacio IV (año 615) transformó un templo romano dedicado a todos los dioses (panteón) en un templo cristiano dedicándolo al Día de todos  los Santos, y fue hasta el año 840 que el Papa Gregorio IV ordenó que el Día de todos los Santos se celebrara universalmente.

Como fiesta mayor, ésta también tuvo su celebración vespertina en la “vigilia” para preparar la fiesta (31 de octubre). Esta vigilia vespertina del día anterior a la fiesta de Todos los Santos, dentro de la cultura inglesa se tradujo al inglés como: “All Hallow’s Eve” (Vigilia de Todos los Santos) para terminar en la palabra que hoy conocemos Halloween que se convirtió en un festival.

Un festival que entre comillas ha perdido todo sentido (pagano y cristiano) para convertirse como toda celebración en una oportunidad para el comercio, reventón y vacación. La tradición al menos en nuestro entorno de que los niños salgan de casa en casa a pedir dulces, ni en broma podría cualquier padre en su sano juicio permitir la salida a las calles.

En su lugar debemos aprovechar tal ocasión, con sus brujas, demonios, esqueletos y alusiones a la muerte, y convertirlo en un resorte poderoso para llevar el mensaje del gran poder y amor de Cristo para redimirnos de la muerte y llenarnos con su espíritu nuestras vidas.

Feliz día de Halloween, feliz día de Todos los Muertos y feliz Día de Todos los Santos.