Guadalajara, ruta más segura para los migrantes

GUADALAJARA, JALISCO (10/NOV/2010).- Llegan a la ciudad de Nicaragua, El Salvador, Honduras, de Centroamérica; los migrantes ilegales se bajan del tren de carga sólo para comer o descansar y luego siguen su camino hacia Estados Unidos. Guadalajara forma parte del corredor Occidente: es la ruta más larga, pero más segura.

La Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) “está interconectada por el sistema ferroviario, y en ese tren llegan los migrantes. El fenómeno es invisible para la sociedad, o existente como parte de la nota roja de algunos medios”, señala la página web de FM4 Paso Libre, una organización sin fines de lucro de atención al migrante.

La decisión de pasar más días sin comer, durmiendo mal, arriesgando más tiempo el ser devorado por las ruedas del tren se debe a que, paradójicamente, tomar la ruta Occidente es más seguro.

“Aquí es mucho más tranquilo”, dice Fernando Valencia, integrante de FM4. Ir por Veracruz, Chiapas u Oaxaca significa exponerse más a ser secuestrado, robado o extorsionado.

“El contexto del migrante en Guadalajara no es tan crítico como en otras partes de la República. Aunque ha habido migrantes que narran cosas como que el guardia de seguridad les pidió una cantidad ‘X’ para abordar el tren o nos ha tocado presenciar que patrullas municipales al hacer una revisión de rutina les cobran alguna cantidad de dinero”.

Jalisco, con respecto a la emigración de mexicanos, se encuentra en la zona tradicional de estados expulsores de migrantes. Pese a esto, el fenómeno del que es parte Guadalajara, pasa desapercibido para los habitantes de la metrópoli.

“El tránsito de migrantes no es exclusivo de centroamericanos, sino que hemos detectado un paso frecuente de mexicanos de diferentes estados de la República que comienzan a adaptar la dinámica de viajar en tren carguero. Muchos de ellos dicen que van a trabajar a otros lados”.

FM4 Paso Libre ha atendido a 740 personas de mayo pasado a la fecha. La estancia de un migrante en la ciudad es de un día o un día y medio aproximadamente, para luego subir otra vez al tren y seguir su viaje a Estados Unidos.