Lunes, 02 de Diciembre 2024
México | CAJA FUERTE POR LUIS MIGUEL GONZÁLEZ

Gineconomía

Los días de dominio masculino están contados. El futuro pertenece a las mujeres. La tendencia es clara, aunque el camino sea sinuoso

Por: EL INFORMADOR

Los días de dominio masculino están contados. El futuro pertenece a las mujeres. La tendencia es clara, aunque el camino sea sinuoso. Ellas crecen en todas las categorías: aportación al PIB, formación profesional, participación en el mercado laboral.

En 1970 las mujeres eran jefes en 13% de los hogares. En 2010, ellas son cabeza en 25% de nuestras casas.
Hace cuatro décadas, sólo 17% de la población universitaria eran mujeres. Ahora son 50% y serán mayoría antes de que termine esta década.

El ingreso medio de las mujeres sigue siendo menor al de los hombres, pero la brecha se cierra. Una mujer ganaba 60% del sueldo de un hombre por trabajo similar en 1980. Diez años después ya era 69% y, en 2008, había llegado a 79%, según cifras de la Cepal.

La tasa de participación laboral de las mujeres aumenta a una tasa mayor a 4% anual, mientras que la de los hombres se estanca, dice la Organización Internacional del Trabajo. En 1970 era 17%, en 2009 ya fue 42%. Hay 16.2 millones de mujeres que trabajan en México.

Los avances han sido enormes, aunque las asignaturas pendientes no son menores. En política, sólo 5.4% de las alcaldías son encabezadas por mujeres, y en las empresas medianas y grandes, menos de 5% son directoras generales. Los casos de Gabriela Hernández en General Electric, Nicole Reich en Scotia Bank y Blanca Treviño en Softek son excepcionales ahora, pero serán la norma en el futuro. Ellas presiden con éxito corporaciones con miles de empleados y exigencias de clase mundial.

Hasta hace muy poco, las mujeres hablaban de la necesidad de romper el techo de cristal, ese límite imaginario que hay en las organizaciones y que impide su crecimiento, sobre todo en el más alto nivel. El reto ahora no sólo es hacer pedazos ese techo, sino revisar el edificio completo. “Hay restos de asbesto contaminado de sexismo y discriminación en toda la estructura”, dicen las consultoras Avivah Wittenberg-Cox y Alison Maitland.

Ellas escribieron Why women mean business, un libro donde cuestionan lo logrado hasta ahora por las mujeres: el problema no es sólo acceder a las más altas posiciones, sino tener condiciones más equitativas en cada uno de los niveles. No sólo es un tema ético, argumentan Wittenberg-Cox y Maitland. Es un asunto de negocios. Las mujeres rinden por debajo de su potencial porque deben adaptarse a un mundo diseñado a partir de los cánones masculinos.

Estos cánones están en las fábricas, las oficinas y, por supuesto, en los hogares. Uno de los temas más urgentes de resolver es el trabajo doméstico. Según un estudio de la Cepal, una mujer mexicana que trabaja está ocupada 76.3 horas a la semana. Esto suma 48 horas remuneradas y otras 28 en tareas domésticas. Para los hombres, las cifras son 58 horas totales, con 10 en labores relacionadas con en el hogar.

En México, el futuro pertenece a las mujeres. Sólo nos queda resolver qué hacemos con el presente.

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