Domingo, 24 de Noviembre 2024
México | VENTANA POR JOSÉ CÁRDENAS

Forma y fondo

El problema surge cuando las discusiones no son de fondo ni mucho menos preludio de la materia legislativa o abono de las ideas

Por: EL INFORMADOR

La Cámara de Diputados tiene dos funciones. Una, la básica, servir de asiento al Poder Legislativo para promover, discutir y votar (junto con el Senado) las leyes de la República. La otra, eminentemente política: constituir una arena donde se diriman, discutan, riñan, confronten, en voz alta o en voz baja, con cuidado y comedimiento, con civilidad o a mentadas, los puntos de vista de los ciudadanos y los partidos. No nos espanta la vernácula elocuencia de los usos y costumbres parlamentarios.

El problema surge cuando las discusiones no son de fondo ni mucho menos preludio de la materia legislativa o abono de las ideas. Apena el tropel de leguleyos oportunistas e imprudentes, en pos de su propia redención, acusándose mutuamente en un ambiente (diría el novelista Evelyn Waugh) de “inmitigada miseria moral”. Entre bufones y pendencieros, sobresalen quienes usan el insulto y la calumnia como sustituto de la inteligencia. Aquí van sólo tres botones de muestra: la diputada panista María Elena Pérez de Tejada (pobre señor Tejada) acusó de asesino al gobernador Enrique Peña Nieto; el priista Óscar Levín comparó los acuerdos PRIANISTAS con una relación gay; la priista María Estela de la Fuente, destripada de la carrera de leyes, devino en “piñatera” al sentar a Pinocho detrás de Beatriz Paredes.

Todos se creen con capacidad de lanzar catilinarias, pero ninguno es Cicerón. En cualquier parlamento del mundo se encienden los ánimos. Pero sólo en el subdesarrollo este incendio produce nada más que cenizas y vergüenza. En los últimos días los mexicanos hemos visto cómo pueden transcurrir las horas largas, sin sentido. Hemos pasado del Poder Legislativo al Poder Peyorativo, a un costo de 30 millones por sesión.

¿Y todo eso para qué? Para algo muy importante, a fin de cuentas. Para ofrecernos una prueba irrefutable de que nuestros representantes populares cuestan mucho y valen poco o casi nada.

El papel de cirqueros que representan nuestros diputados, alarma. Siembran la duda. Los ciudadanos se alejan de los políticos y la política, cuando hace falta más política y mejores políticos. Ahora, falta seriedad y sobra frivolidad. Se pone en juego la democracia, en manos de la demagogia. No es en balde el llamado presidencial para dignificar la vida pública. El gran pendiente nacional no son las fullerías ni los escándalos, sino las reformas urgentes por pendientes.

RENDIJA:
El cambio en la Secretaría de Gobernación es inminente. Señalar Secretaría de Gobernación no significa secretario de Gobernación, por ahora. Se da por hecho que Gerónimo Gutiérrez, subsecretario de Gobierno, dejará el cargo. En su lugar será nombrado el diputado Roberto Gil, un panista al que no quieren los priistas, por tanto encono que ha sembrado. Otros panistas bien informados también aseguran que el “Jefe” Diego ya viene de regreso. ¿Será?

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