México | APARADOR POR SERGIO RENÉ DE DIOS CORONA ¡Festejemos!… ¿a quiénes? A dos de las rebeliones más importantes del pueblo mexicano los grupos en el poder las transformaron en monumentos y estatuas, nombres de calles, escuelas o ciudades Por: EL INFORMADOR 16 de septiembre de 2010 - 02:28 hs Sergio René de Dios Corona. / Las guerras de independencia de México (1810-1822) “fueron luchas interclasistas profundamente anticoloniales, que lograron establecer la soberanía nacional pero fracasaron en hacer una revolución social”, señala el investigador James D. Cockcroft en La Esperanza de México, libro en el que ofrece una visión documentada, analítica, crítica, de la historia de nuestro país hasta finales del siglo XX. Se trata de un texto con una perspectiva distinta a la oficial, a la versión de héroes de estampita, al jolgorio patriótico anual septembrino, o a la demagogia de los sucesivos grupos gobernantes que, salvo excepciones, se apoderaron de los discursos de la Independencia y la Revolución para legitimarse, que los enaltecieron para autonombrarse herederos (PRI) o admiradores (PAN) de ambos movimientos, que los usaron a su favor mientras daban migajas a los excluidos y avalaban la acumulación de riqueza en pocas manos. A dos de las rebeliones más importantes del pueblo mexicano los grupos en el poder las transformaron en monumentos y estatuas, nombres de calles, escuelas o ciudades; en historias incompletas o mutiladas; en desfiles cívicos y gritos de Independencia proferidos por quienes han entregado el país a empresas extranjeras; en vítores a 1910 cuando en el agro campea la miseria que ofende cualquier espíritu sensible. ¿Celebrar un centenario y un bicentenario de movimientos que lucharon por mejores condiciones de vida de los marginados en un momento en que la pobreza es insultante y contrasta con un grupito de multimillonarios, entre estos el hombre más rico del mundo? James D. Cockcroft, autor también de Precursores intelectuales de la Revolución Mexicana, revela cómo los indígenas y las mujeres son dos grupos que han tenido un papel relevante en la historia de nuestro país y de sus luchas sociales, dos grupos a los que se les ha escamoteado su presencia masiva, detrás, al frente o a un lado de quienes los lideraron. Miles de indígenas y mujeres participaron en rebeliones “desde abajo”, desde comunidades, barrios o talleres, antes, durante o después de las guerras de Independencia y de la Revolución Mexicana. Las masas empobrecidas siempre estuvieron, en los distintos contextos históricos, en esa lucha permanente, que continúa, por defender y garantizar sus derechos laborales, humanos, económicos y políticos, que aseguren un mejor país a los que sobreviven en el sótano de éste, y no sólo a la clase media comodina y las élites. Sí, festejemos a nuestros héroes de la Independencia y la Revolución. Lo merecen. Pero también reivindiquemos al pueblo trabajador y empobrecido, a indígenas, mujeres, campesinos, jóvenes y obreros, incluidos clérigos, intelectuales y militares patriotas, base social de los principales movimientos mexicanos. Temas Bicentenario Independencia Rotonda Aparador Lee También Todo lo que debes saber sobre el AXE Ceremonia 2025 La música emergente toma el Foro Independencia Metro CDMX tendrá cerrada estación de la Línea 2 este 10 de octubre Ex Frenaaa ahora promueve independencia de Nuevo León Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones