Fábula de los 12 monos

Recordando la película de una banda de maleantes denominada “Los 12 Monos”, haremos una comparación similar de lo que pasa en México, cuando los componentes de un grupo de maleantes “de cuello blanco” estafaron y corrompieron al procurador, subprocurador, Ministerio Público, magistrados, al fiduciario del Banco “Cramer” ya desaparecido, al director general en Guadalajara y al delegado fiduciario; revirtieron un fideicomiso mediante falsificaciones dirigidas por el coordinador de los maleantes “de cuello blanco”, hábil defraudador, manipulando empresarios de buena fe. Otros concientemente firmaron ese documento falsificado.

Iba a ser un desarrollo excepcional, sustentable, verde, único, para lo que era gran cantidad de terreno fideicomitido a un grupo desarrollador prestigiado y eficiente. Pero el manipulador “de cuello blanco” ocurrió hacer trampas para revertir el fideicomiso, de acuerdo con el fiduciario, impidiendo que se diera permiso para este proyecto, cuando los desarrolladores ya tenían fondos y socios para hacerlo.

El cabecilla maleante, con un par de abogados corruptos y corruptores, diseñaron estrategia falsificando un papel, haciéndolo aparecer acta de Comité Técnico, en el cual los desarrolladores tenían mayoría para tomar decisiones, pero fue bloqueado por el fiduciario sobornado.

Fabricaron un acta “de Comité Técnico” en la cual los desarrolladores cedían el poder de decisión a los fideicomitentes (los 12 monos), algunos criminales, otros simplemente manipulados.

Evidente la falsificación, después de una denuncia penal hubo orden de aprehensión para la hiena principal, de acuerdo con el fiduciario que no vio el original del documento falsificado, dando por buena una copia de ese escrito apócrifo.

El resultado fue que el ya corrupto fiduciario en México y el delegado en Guadalajara rescindieron el fideicomiso, devolviendo el terreno a “los 12 monos”. La orden de aprehensión tuvo efecto sólo un día; por haber sobornado jueces, magistrados, procuraduría y Ministerio Público, el coyote salió libre.

Sin embargo, uno de los propietarios, honesto, declaró la verdad diciendo que él era testigo que el documento había sido falsificado, que le pidieron que firmara un papel con otros fines y que nunca estuvo presente en una inventada reunión de Comité Técnico, pero se ignoró su declaración.

Lo triste es que algunos amigos, que eran parte de los propietarios, declararon falsedades, instruidos por los abogados corruptos, declaraciones que fueron básicas para que se revirtiera el fideicomiso, no pagaron gastos ni costas, vergonzosamente apoyados por los ya sobornados magistrados, inclusive se robaron lo que estaban obligados a devolver en caso de reversión, lo invertido en el tiempo que los desarrolladores tenían la posesión, que se usó en perforación de pozos, delimitación del terreno, mantenimiento de la propiedad.

Sabemos que lo que se hace en México, como este fraude, al final se sabe y lo llevan en la conciencia quienes fueron amigos y concientemente firmaron, declarando mentiras definitivas para consumar este acto delictivo, quedando embarrados de mugre. Esta fábula de “los 12 monos” manipulados por esa hiena y tres abogados corruptos, será del conocimiento público, como sucede.

Quienes no firmaron ni participaron en la falsificación ni declararon falsamente, son empresarios honestos, solamente les tocó ser de “los 12 monos” propietarios iniciales del terreno. Pero los que quedaron representando a “los 12 monos”, son conscientes del fraude cometido.

Esta fábula se hace cierta en nuestro país, entre la podredumbre y corrupción donde estamos inmersos a todos los niveles, como lo vemos en el Poder Judicial. Debemos volver a los valores de la honestidad, si queremos que México avance.