México | Por Raymundo Riva Palacio Estrictamente personal El mapa hacia Los Pinos Por: EL INFORMADOR 19 de noviembre de 2010 - 01:59 hs Bajo la doctrina de Jesús Reyes Heroles de que primero es el programa y luego el hombre, Enrique Peña Nieto arrancó este miércoles su campaña presidencial. No tiene necesidad de anunciarla, e incluso repite en público y privado que antes de 2012 está 2011 y su elección para gobernador en el Estado de México, la muralla que considera indispensable brincar para continuar hacia Los Pinos. Lo que hizo Peña Nieto ese día en Toluca, fue definir el México que quiere y delinear cómo lo quiere hacer. En Toluca encabezó el resumen de las conclusiones del foro “Compromiso por México” que se celebró de abril a agosto pasados, que es un documento con cinco políticas de Estado transexenales que plantea como metas. Con esto, Peña Nieto le sacó varios cuerpos de ventaja a uno de sus adversarios potenciales, Andrés Manuel López Obrador, quien está recorriendo el país para escuchar ideas y propuestas a fin de conformar su propio programa de gobierno en el que sustentará su candidatura presidencial, y varios meses al resto de sus eventuales rivales, dentro y fuera del PRI, que no han cuajado un plan de esta naturaleza. “Ya no hay tiempo que perder”, dijo el gobernador. “Los gobiernos no pueden funcionar con ocurrencias o acciones improvisadas… Es urgente replantear el rumbo del país, necesitamos construir consensos y sentar las bases de la democracia del siglo XXI”. Peña Nieto sugirió que ese esfuerzo, para el cual convocó a expertos mexicanos, premios Nobel, un ministro de finanzas en la transición española y un ex vicepresidente de Estados Unidos, para que delinearan programáticamente este futuro, puede ser utilizado por cualquiera que asuma la responsabilidad compartida. Pero que nadie se engañe. Este proyecto político es de él, y nadie lo incorporará en su propio programa de Gobierno. El discurso no tuvo impacto en los medios de comunicación, que soslayaron el alcance de la propuesta realizada, quizás porque consideran que la figura del gobernador está mediáticamente saturada o sobrevalorada. Hoy en día es políticamente correcto decir que Peña Nieto carece de densidad intelectual, que es limitado y que de no ser por Televisa, sería nadie. Pensar lo contrario es políticamente incorrecto. Cada quien es libre de opinar lo que desee sobre cualquier persona que se le antoje. Pero políticamente sería un error, bajo el diagnóstico de lo que una fuerte corriente de opinión mediática y pública piensa, descalificarlo a priori como hasta ahora se ha hecho. Peña Nieto, un producto nuevo dentro de la mercadotecnia política, no es como muchos piensan, un improvisado en la política. Heredero del Grupo Atlacomulco, el invento de Isidro Fabela que ha formado a varias generaciones de políticos y convertido a la clase mexiquense en la más sofisticada maquinaria política del país, abrevó de la política de su tío, Alfredo del Mazo, que fue gobernador del Estado de México y secretario de Energía que se quedó en la antesala de la candidatura presidencial. Tiene las enseñanzas de la vieja clase política que se mueve como aplanadora y no da respiro, como lo demostró la última elección federal donde en la gran zona metropolitana de la Ciudad de México le arrebató el histórico corredor azul al PAN, y el que se pensaba un cinturón amarillo consolidado al PRD. Aunque no estaba dentro de su jurisdicción electoral, sus huestes se metieron a hacer política en Iztapalapa, el granero de votos perredistas en el Distrito Federal, y envió células a todo el país para ayudar a todos los candidatos del PRI, sin importar el grupo al cual pertenecían. Pero también tiene los recursos seductores de la política moderna, los de la imagen. No ha habido un político más carismático que él desde Adolfo López Mateos, también mexiquense, hace casi 50 años. En el cierre de la campaña electoral de Yvonne Ortega en Yucatán, tardó en recorrer entre el tumulto de la entrada al templete media hora, 15 minutos más que la propia Ortega y Beatriz Paredes, la líder del PRI, y unos 20 minutos más que el senador Manlio Fabio Beltrones y el entonces diputado Emilio Gamboa. Al día siguiente, “El Diario” de Yucatán publicó una fotografía en su primera plana con decenas de mayitas apuntando sus celulares a él para tomarle una foto. Su personalidad mediática le ha provocado críticas y descalificaciones, pero no se le ha visto abajo de la epidermis. Desapercibido está el hecho de tener perfectamente controlado el Estado hasta hoy, y que en el oriente de la zona metropolitana, el PRI ya comenzó la precampaña electoral —aún sin candidato—, entregando despensas populares. Cerca de él tiene operadores que trabajaron con Carlos Salinas de Gortari y con Ernesto Zedillo, que son enemigos, y obligó a una cohabitación a dos ex gobernadores que se detestan uno a otro, Del Mazo y Emilio Chuayffet. La crítica unidimensional sobre Peña Nieto impidió el registro contextualizado del evento en Toluca, uno de los actos políticos más importantes en cinco años de cara al futuro: presentar lo que será su programa de gobierno en caso de que llegue a la Presidencia. Peña Nieto no lo presentó de esa forma, y tampoco tiene interés en entrar a debatir si quiere o no la silla presidencial. Debido a la gran ventaja que tiene sobre sus rivales de partido, podría conseguir la candidatura a la Presidencia aún si perdiera su Estado, pero Peña Nieto piensa diferente: si no gana el PRI el Estado de México, él no va por Los Pinos. Eso no se sabrá hasta julio próximo, pero en todo caso, Peña Nieto, con su ejército de notables y consensos crecientes, ya trazó su mapa hacia Los Pinos. Los demás, vendrán desde atrás. Temas Estrictamente personal Lee También Acelera el crecimiento de tu cabello con estos productos Estos son los consejos que da Profeco para escoger bloqueador solar Los 10 mejores bloqueadores solares según la IA ¿Cómo quitar las manchas de desodorante de mi ropa? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones