Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | Por Raymundo Riva Palacio

Estrictamente personal

Morir en 43 segundos

Por: EL INFORMADOR

El 28 de junio no se olvida. Fue el día en que asesinaron al candidato del PRI a la gubernatura, Rodolfo Torre Cantú. La Marina, que mantiene operaciones militares sistemáticas contra el narcotráfico en Tamaulipas, insinuó que detrás del crimen se encontraban priístas. La PGR abrió una línea de investigación y sus indiscretos funcionarios esparcieron la misma versión en algunos medios cercanos. En sintonía, el mismo presidente Felipe Calderón le dijo al gobernador Eugenio Hernández, que no descartaban que su propio partido hubiera acabado con la vida de Torre Cantú.

La inducción de esa hipótesis no fructificó porque las investigaciones llevaron por otros derroteros de los cuales, todavía hasta este momento, no se puede determinar para quiénes trabajaba el comando que realizó el crimen, y menos aún la autoría intelectual. Los Zetas, sobre quienes cayó la primera sospecha, se deslindaron del asesinato, en una acción inusual para una organización delincuencial. ¿Quién fue?

Información sobre la investigación del crimen recientemente obtenida permite afirmar que Torre Cantú fue víctima de una emboscada meticulosamente ejecutada, donde participaron al menos ocho vehículos y un mínimo de 16 personas, quienes realizaron el crimen en una operación donde todos estuvieron en movimiento sincronizado durante 3 minutos con 29 segundos, y realizaron la maniobra para detener a los dos vehículos del candidato y su escolta en 13 segundos, para finalmente acabar con Torre Cantú y cuatro acompañantes, en 43 segundos.

La mecánica de la emboscada se pudo reconstruir a partir de los videos de seguridad sobre la carretera Soto La Marina, en cuyo kilómetro 13 fue el asesinato, justo frente al Tecnológico de Tamaulipas, aproximadamente a las 10 horas con 37 minutos y 50 segundos, que es cuando se aprecia que todos los vehículos, atacados y atacantes, se detuvieron. Torre Cantú, que había pasado a despedirse de su padre, como era costumbre cada vez que viajaba, iba rumbo al aeropuerto para tomar un avión a Valle Hermoso, para un cierre de campaña.

Unas seis semanas atrás Mario Guajardo, candidato a la presidencia municipal de Valle Hermoso, fue asesinado. Torre Cantú había pedido que la camioneta blindada en la que siempre viajaba, se adelantara a esperarlo a esa ciudad, por lo que en su corto recorrido hacia el aeropuerto, utilizaría un vehículo desprotegido. Los videos muestran que la operación de su asesinato estuvo planeada para ese día, hipótesis que se sostiene por el hecho que una hora antes de la emboscada, varios vehículos que participaron en ella se habían colocado en sus posiciones.

Los videos muestran que al menos cuatro vehículos, una camioneta Edge blanca, un auto compacto también blanco, una camioneta Mazda roja y una Suburban gris, se estacionaron metros adelante del entronque del libramiento “Naciones Unidas” que conecta con la carretera a Sota La Marina. También se ve cuando dos minutos antes de que pasarann por ahí las camionetas de Torre Cantú, la Suburban regresó hacia el libramiento y aguardó su paso en una gasolinera.

El primer registro de esos minutos finales en la vida de Torre Cantú se da a las 10 horas con 34 minutos y 21 segundos, cuando se ve a los dos vehículos del candidato detrás de una camioneta Van y un Pointer blancos, que participaron en la emboscada, casi frente a la Procuraduría estatal. Al llegar a la intersección, el Pointer iba casi pegado a la defensa trasera del vehículo de los escoltas, y al pasar por la gasolinera, la Suburban se incorporó a la fila, para entrar a la carretera.

Un minuto antes de ello, se ve en los videos, los tres vehículos que aguardaban a un costado de la carretera, en un aparcamiento de tierra donde hay una decena de automóviles, tomaron su posición. Al pasar las dos camionetas del candidato, arrancaron con fuerza, levantando una polvareda al sumarse al pelotón.

Las cámaras marcan las 10 horas con 37 minutos y 37 segundos. Todos los autos que participarían en el asesinato estaban en movimiento. Esto revela que el aparcamiento de tierra junto a la carretera es donde se ubica el comienzo de la zona de la emboscada. De ese lugar al sitio donde lo mataron, no hay más de 133 metros, y se estima que la velocidad a la que iban los vehículos era una máxima de 90 a 110 kilómetros por hora.

Las cámaras muestran dos vehículos más, uno que se incorpora desde un punto cercano a la caseta de peaje de la carretera, y otro que circula en sentido contrario y a la altura del Tecnológico se da una vuelta en “U” para participar en el ataque. Una de las camionetas del pelotón se adelantó a los vehículos de Torre Cantú y tras obligarlos a reducir la velocidad hasta 60 kilómetros por hora aproximadamente, se amarró y provocó un choque con la camioneta del candidato.

La cámara señala las 10 horas con 37 minutos y 45 segundos. Dos vehículos más del pelotón comenzaron a disparar por el costado derecho, y uno más disparó al vehículo de las escoltas desde el lado izquierdo.

En ningún video se apreciar la escena de la ejecución, pero un sobreviviente afirmó que a Torre Cantú lo bajaron del vehículo y lo mataron; no se bajó voluntariamente de la camioneta, como inicialmente se especuló. Del momento en que están parados todos los automóviles y vuelven a ponerse en movimiento, pasaron 43 segundos.

Las cámaras muestran a la Edge, el Mazda y la Van de regreso sobre la carretera hacia el libramiento, y toman rumbos distintos. Una hora después, revela un video, la Edge pasó nuevamente por la intersección de la carretera con el libramiento. El resto de los vehículos, aparentemente, huyeron hacia Soto La Marina. La operación tuvo una precisión y ejecución, que no suele haber en los crímenes con sicarios.

En el asesinato de Torre Cantú destacó la forma cómo actuaron coreográficamente a alta velocidad ocho vehículos, donde cada uno tuvo un rol: unos dispararon y otros vigilaron y cuidaron la retaguardia. No fue una planeación improvisada. Sabían sus rutinas, la programación de su campaña y, quizás, que ese día no viajaba en un blindado.

No fue un mal día para Torre Cantú. Su muerte fue planeada por algún motivo y un fin que no está claro. Lo que sí parece cierto, es que ese día iba a ser el último de vida del candidato.

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