Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | Por Raymundo Riva Palacio

Estrictamente personal

Compromisos pendientes

Por: EL INFORMADOR

Si la evaluación de la Presidencia de Felipe Calderón se realizara sobre lo que cumplió de los 10 compromisos para “transformar a México de fondo” que hizo hace un año, se puede decir que reprobó. En su tercer informe de gobierno dijo: “Lo que propongo es pasar de la lógica de los cambios posibles, limitados siempre por los cálculos políticos de los actores, a la lógica de los cambios de fondo que nos permitan romper las inercias y construir, en verdad, nuestro futuro”. No sucedió. Los avances fueron limitados y el futuro que se construyó fue el de la confrontación.

Calderón presentó esos compromisos que le darían cuerpo y contenido a su gestión. En dos (cobertura universal de salud y reforma regulatoria de acuerdos o reglamentos) se puede afirmar que los cumplió sin cortapisas; en otros dos (austeridad y finanzas públicas y combate al crimen) se puede alegar que el cumplimiento fue relativo; y en el resto (combate a la pobreza, educación de calidad, reforma económica, reforma de telecomunicaciones, reforma laboral y reforma política), se puede argumentar que falló.

El Presidente puede certificar su avance en la cobertura universal de salud, al haber alcanzado este año a 90 millones de mexicanos, y un incremento en el seguro popular de 16 a 37 millones. De acuerdo con el secretario de Salud Pública, José Ángel Córdova, se espera cubrir a todos los mexicanos el próximo año. La misma valoración de le puede dar a las reformas en acuerdos y reglamentos, que se ha aplicaron en el año, y que tuvieron fuerte impacto en el sector financiero, como regulación a aseguradoras, fondos de pensión y cambio de divisas.

Sin embargo, el Presidente está jugando con sofismas. En los spots promocionales de su cuarto informe de gobierno, dice que gracias a las reformas económicas, se pudo paliar la crisis financiera mundial. En realidad, no fueron esos avances económicos los que contribuyeron a salir del hoyo en el que se encontraba el mundo, sino la serie de modificaciones regulatorias en el campo financiero, que figuraban en otro apartado.

Amarrado al mismo esfuerzo se encuentra el compromiso de austeridad y finanzas públicas.
En el momento en el que lo planteó, el diagnóstico del gobierno sobre la crisis no había dimensionado su profundidad. Cuando se procesó el riesgo para México, negociaron un presupuesto favorable para el gobierno con el PRI a través de compromisos políticos con las secretarías de Gobernación y Hacienda, con el argumento que el ingreso petrolero no iba a ser suficiente para enfrentar la crisis, y que se necesitaban impuestos. El PRI se los dio, y se obtuvo un presupuesto de emergencia. Pero la austeridad se llevó al campo político, al secar Hacienda las finanzas públicas de los estados gobernados por el PRI y retrasar las participaciones federales hasta que pasaran las elecciones del 4 de julio.

La combinación de factores –crisis y elecciones- que no contemplaban los parámetros presidenciales en los 10 compromisos, le ayudan a dar resultados positivos, sin tener que dar ninguna explicación, como el poder presumir 100 mil millones de dólares en la reserva, que nunca se habían tenido, sin aclarar porqué con tantos recursos, hay tantos sub ejercicios en la administración pública.

El Presidente tiene varios pantanos en su gestión. Este año presentó una iniciativa de Ley de Competencia Económica para combatir los monopolios, uno de sus ejes centrales cuando llegó a Los Pinos. En efecto, ha luchado contra todos los monopolios menos uno, Televisa, al que beneficia abiertamente.

El ejemplo más obsceno es la Ley de Telecomunicaciones que se conoce como la Ley Televisa, empresa con la cual, para efectos prácticos, ha decidido co gobernar, al convertir  sus pantallas el principal vehículo de propaganda del gobierno federal. Lo último que hizo en su apoyo fue la aprobación de la asociación de Televisa con Nextel, para que la empresa de televisión pueda dar telefonía y entrar al llamado triple play, que le niegan a TV Azteca y a Telmex.

Pero si ese retroceso fue deliberado, hay otros que no. En educación, el rezago está contribuyendo a la formación de una generación de analfabetas funcionales, donde  43.2% de los mayores de 15 años no terminaran la enseñanza básica y casi seis millones son analfabetas. A la pobre educación se añade su mala calidad, que impacta el mercado laboral. Calderón presume haber creado 500 mil nuevas plazas de trabajo, aunque no aclara que se habían perdido 700 mil el año pasado. Falta explicación sobre los sectores en donde se han generado. De otra forma, se puede alegar que las decenas miles de personas que participaron en el censo, están incorporadas en esa estadística, por lo cual el dato oficial es tramposo.

El gobierno también buscaba una reforma laboral, pero fue sepultada a la semana que el PAN presentó la iniciativa, y ante tanto conflicto sindical y la creciente oposición política al secretario de Trabajo Javier Lozano, es probable que esa reforma no salga siquiera salga en el resto del sexenio. La falta de reforma ha servido como pretexto para no detonar el empleo, pero no explica la proletarización de los mexicanos.

En este año, nada pudo evitar que la pobreza empeorara y eliminara los avances de la primera parte de este siglo. En este sexenio la pobreza regresó prácticamente a los niveles de 2000, cuando se atrapaba a 24.1 millones de personas. En 2006, cuando arrancó el gobierno de Calderón, se dio la cifra más baja, 13.8 millones, que hoy ha escalado a 22.
Tampoco puede presumir avance político. Fue un año de forcejeo y demolición de acuerdos políticos. Se alió con sus enemigos en 2006 para derrotar al PRI, el único partido con el cual, por número, puede aprobar en el Congreso las reformas que quisiera. Los buscó para dialogar y los rechazaron. “Calderón se pintó de guerra”, dijo un priista. Y los priistas están haciendo lo mismo.

En su cuarto informe de gobierno, el Presidente volverá a subrayar los avances en la lucha contra el crimen, como las recientes medidas para el combate al lavado de dinero. Pero su discurso de victoria se apoya en la estadística fría y en los análisis prospectivos sobre la base de experiencias similares en el mundo. Se podría decir que la medicina es la correcta, pero no se sabe si el paciente vivirá: más de 20 mil muertos define esta lucha, en términos convencionales, como una guerra civil.

Es el cuarto informe de gobierno. El Presidente no tiene mucho de qué presumir, aunque nos diga lo contrario.

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