España buscó nuestro voto contra Irak: Creel

CIUDAD DE MÉXICO (04/SEP/2011).- Transcurrió una década de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, y Santiago Creel recuerda que como secretario de Gobernación tuvo que diseñar e imponer un plan de seguridad para evitar que terroristas pudieran utilizar el territorio mexicano para atentar de nueva cuenta contra los intereses estadounidenses.

Reconoce que ante el pedido de Washington, se tuvieron que blindar todas las representaciones diplomáticas estadounidenses, y también las empresas y consorcios que operan en territorio nacional, incluso sus inversiones y sus armadoras.

En un acuerdo con Washington, recuerda, prácticamente se militarizó la frontera norte para impedir el paso de cualquiera que buscara ingresar a Estados Unidos para continuar con sus acciones terroristas.

Habían pasado apenas unas horas del mortífero ataque a las Torres Gemelas ese 11 de septiembre de 2001, que reclamó la vida de casi 4 mil personas, y costado heridas a miles de personas, y derrumbado el ánimo y por supuesto, la economía de Estados Unidos. En entrevista, Santiago Creel Miranda admite que el entonces jefe del Gobierno español, José María Aznar, imploraba a nombre del gobierno de George W. Bush, que México diera su voto en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para avalar un eventual ataque estadounidense y de sus aliados militares a Irak.

“Le pedimos que no viniera, pero lo hizo”, recuerda Creel, refiriéndose a la visita relámpago de Aznar a México, quién ya había telefoneado al entonces presidente Vicente Fox para pedirle que México se sumara a un pretendido apoyo internacional para golpear al régimen de Sadam Hussein.

“Aún así vino a México, pero la respuesta fue un rotundo no a su petición”, recuerda Creel, a diez años de aquél episodio que conmovió al mundo, y que fue resultado del golpe certero de Al Qaeda, y su líder Osama Bin Laden al imperio económico de Estados Unidos.

Santiago Creel Miranda extrae del pasado los momentos que vivió en esos días aciagos y de la amenaza que se cernía tras el mortífero ataque terrorista.

Explica en la conversación que en esta estrategia de seguridad, se resguardaron los centros turísticos del país, que para esa fecha se encontraban atiborrados de turistas estadounidenses, así como de los centros de residencia permanente de jubilados de ese país, como Jalisco, Puerto Vallarta y Baja California, incluso, colegios americanos que se encuentran en todo el país.

“Hicimos un mapa de los puntos de riesgo y estratégicos del país, y me tocó la responsabilidad de ampliarlo y perfeccionarlo”, explicó.

Explica que las Fuerzas Armadas realizaron un despliegue muy importante en el norte del país, principalmente en instalaciones y puntos estratégicos”, y con elementos capacitados de los distintos cuerpos elite.

“Esto para que pudiéramos salvaguardar cualquier intento de realizar un acto terrorista en México o que sirviera como puente para atentar en la Unión Americana”, comenta.

Reconoció el papel de Adolfo Aguilar Zínser en los debates del Consejo de Seguridad de las Naciones, donde ya se discutía el anhelado respaldo de Washington en su pretendida arremetida contra el gobierno de Bagdad, por su supuesta posesión de armas químicas de destrucción masiva. Lo que finalmente hizo de manera unilateral y contando con el apoyo de un puñado de países, entre ellos, Gran Bretaña, España y Francia.

“La posición final de México fue la de no acompañar a Estados Unidos, y esto nos generó una tensión muy fuerte con Washington, pero por otro lado sabía que éramos aliados donde debíamos de serlo, en su propio territorio, porque el despliegue de fuerzas que hicimos en México fue tanto o más importante que el que hicieron los aliados de Estados Unidos en la guerra con Irak en suelo iraquí”, explicó.

Dijo que México nunca dejó “desamparado” a Estados Unidos en cuanto a la buena vecindad que se debía tener, y de ahí su cooperación apara evitar que cualquier incursión a Estados Unidos desde México.

“Esto llevó a un monitoreo de 24 horas durante los meses que estuvo en Guerra Estados Unidos con Irak. No lo acompañamos en su decisión de política exterior, ni en la declaración de guerra, pero sí en lo que fue la defensa de sus intereses, impidiendo que pasaran loa grupos de terroristas por nuestro suelo para hacerle daño a Estados Unidos”, relató Santiago Creel.

Reconoce que los atentados terroristas también dieron blanco en el corazón de la agenda bilateral. Un eventual acuerdo migratorio con México fue el primero en venirse abajo, reconoce el ex funcionario.