Entre la izquierda y Padilla

Diariamente, sin que falle un solo día, en medio de las noticias negativas que nos saturan, hay alguna que consigue arrancarme una sonrisa. La muestra: recibí un comunicado en el que invitaban, en las oficinas del Comité Estatal del PRD, a la presentación del que será futuro “coordinador o coordinadora” de la fracción de este partido en el Congreso del Estado. Hay que recordar que en la próxima Legislatura local, que inicia funciones el 1 de febrero, el PRD –vaya usted a saber cómo– mantiene dos diputados: Raúl Vargas López y Olga Araceli Gómez Flores.

La razón de la sonrisa es el eufemismo con el que los perredistas de Jalisco se obstinan en hacer aparecer democrático aquello que se determina, verticalmente, en la oficina de Raúl Padilla López. Ahí se decidió, sin que mediara consulta pública, que Raúl Vargas sería el coordinador de sí mismo y de Olga Araceli. La necesidad de aparentar…

El doctor Vargas, ex candidato a gobernador, ex director de los hospitales civiles y también reciente ex presidente del PRD, anunció ayer –ya formalmente presentado como coordinador, ahora sí para despejar dudas– que en el Congreso del Estado él y su compañera de bancada defenderán los derechos de las minorías. Entiéndase, sobre todo, las de quienes no tienen las mismas preferencias sexuales que la mayoría. Obvio, el tema del aborto también estuvo en la palestra. Vende mucho.

Al margen de las pendientes garantías para los homosexuales y el reclamo de las mujeres que exigen poder abortar sin que la ley y el sistema las condenen (estos temas, por la sensibilidad y la polarización que generan deben tratarse en un ámbito de respeto y auténtica tolerancia), llama la atención que Vargas López y Gómez Flores serán en el Congreso los representantes de “la izquierda” –que me disculpen los priistas, pero su “flexibilidad” terminó por ubicarlos en un cómodo centro que les da votos y puestos de gobierno–.

Los científicos sociales que hicieron de la política el tema de sus reflexiones y trabajos, discuten hace décadas cuál es la definición completa de las orientaciones “derecha” e “izquierda”. Y no hay unanimidad intelectual en esto.
Pero el terreno donde se acabaron las confrontaciones ideológicas es mucho más… digamos, “popular”. En los muy populosos barrios de nuestra ciudad, aquellos donde los tianguis y el comercio informal florecen porque son la mejor opción económica en un esquema que ofrece empleos con salarios raquíticos y derechos restringidos, a nadie le preocupa la política de derechas o izquierdas. Ahí se sobrevive todos los días, esquivando o cayendo, ante fenómenos como violencia, drogadicción, la nueva “indigencia educativa” y escasísimas oportunidades de desarrollo.

Los Raúl Vargas, Araceli Gómez Flores (diputados nuevos), Samuel Romero y Carlos Orozco (casi ex diputados), se han llenado la boca diciendo que el Gobierno estatal “es de derecha”. Pareciera, sin defender ni conceder, que eso fuera negativo naturalmente. Lo que sí es seguro, es que los cuatro forman parte del Grupo Universidad y tienen un jefe máximo: Raúl Padilla, ¿de derecha o de izquierda?