Embestida contra Elba Esther

Si tus amigos de hoy serán tus enemigos del mañana, a Elba Esther Gordillo esa máxima se le vuelve realidad. Detrás de la incipiente intentona por arrebatarle el monopolio de la representación del magisterio nacional, con la creación de un nuevo sindicato independiente de maestros, hay una estrategia planeada y ejecutada desde las más altas esferas del Gobierno calderonista, el mismo que hace todavía unos meses fuera su aliado político.

La embestida busca fracturar al SNTE, base del grupo de poder de Gordillo, y se produce meses después de que las relaciones entre la maestra y el Presidente Felipe Calderón entraran en crisis, tras una serie de eventos que provocaron distanciamiento —que no ruptura pues mantienen la relación de protocolo— y que terminaron con la alianza política que la lideresa magisterial y el Mandatario hicieron desde la campaña de 2006.

Ante el rechazo del panismo a una alianza electoral con Elba Esther en los comicios de 2009, la maestra tomó distancia y cuando a principios de 2010 el Presidente Calderón le pidió que el PANAL se aliará al PAN en las elecciones estatales, Gordillo se negó y adujo: “Yo tengo otros proyectos”.

Ahí comenzó el enfriamiento que se recrudeció cuando, en otra plática, el inquilino de Los Pinos de plano sugirió: “Debería considerar dejar ya el liderazgo del sindicato”. Y la distancia comenzó a volverse olvido, y la maestra se acordó de sus orígenes priistas y se acercó a Enrique Peña Nieto y a Manlio Fabio Beltrones, en busca de nuevos aliados.

Ése fue el preámbulo de lo que esta semana apareció como el “Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación”, un grupo que ya recibió la toma de nota del Gobierno calderonista y que agrupa a unos siete mil 500 maestros de los estados de Querétaro, Hidalgo, Puebla, Quintana Roo, Guanajuato y el Distrito Federal.

No es que sea el primer sindicato magisterial que desconoce al SNTE y a Elba Esther; existen al menos otros siete sindicatos de maestros con registro oficial, pero la diferencia con el autonombrado “Independiente” es que abarca a varios estados, mientras que los otros sólo tienen presencia estatal.

El problema de una ofensiva como la que iniciaron desde el Gobierno calderonista es que si no calculan muy bien el efecto de tirar a una lideresa como Elba Esther Gordillo, que aglutina, sea por liderazgo o por conveniencia, a secciones sindicales de todo el país, podrían desatar un caos en el enorme sindicato magisterial.

Si no hay un golpe maquiavélico como que le dio Carlos Salinas a Joaquín Hernández Galicia con el “quiñazo” o una transición pactada, se corre el riesgo de pulverizar un sindicato de presencia nacional y desatar fuerzas que después sea difícil contener.