Martes, 26 de Noviembre 2024
México | SERPENTINA POR IVABELLE ARROYO

El uniforme de policía

En Chetumal, Quintana Roo, la Secretaría de Seguridad Pública estatal organizó un foro de lo más interesante

Por: EL INFORMADOR

Ivabelle Arroyo.  /

Ivabelle Arroyo. /

En Chetumal, Quintana Roo, la Secretaría de Seguridad Pública estatal organizó un foro de lo más interesante: un seminario internacional sobre seguridad en democracia, que se suma a los foros del Gobierno federal de esta semana y a la reunión nacional de secretarios ejecutivos de seguridad pública. El tema está caliente.

La reunión en Chetumal es variopinta: la preside el secretario estatal de seguridad, un vicealmirante retirado que ha puesto en práctica el mando único estatal con liderazgo real y tacto político con los directores de todas las policías municipales.

Este mes tuvo la tercera reunión de homologación de dinámicas policiales (códigos de comunicación, uniformes y criterios legales) sin tanto barullo como el que han armado en la Conago o en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Viéndolo a él y conociendo ejemplos de otros estados, no se puede sino pensar con optimismo que las entidades tienen una capacidad infinitamente superior para avanzar fácticamente al margen de las bizantinas discusiones llamadas nacionales.

Nacionales las reuniones estatales, no las otras. Aquí se puede escuchar qué hizo el Estado de Hidalgo para darle la vuelta a la obligación que a partir del 21 de agosto tendrán todas las policías municipales en materia de narcomenudeo. Les toca encargarse del tigre, pero no tienen los recursos y no tienen la protección requerida, así que buscan elevar el criterio de cantidades de consumo para no detener a todo dios.

Lo más interesante de este foro plural, con académicos educados tanto en Washington como en la escuela de la Cepal, con funcionarios del Cisen y consultores de la sociedad civil, gendarmes de la Semarnat, filósofos del derecho y periodistas como ponentes, lo más interesante, insisto, es que se pueden conocer las preguntas ofendidas de los policías municipales. Se les viene el mundo encima: sobre ellos ha recaído la obligación de combatir la narcoviolencia; pocos los escuchan y para colmo su deteriorada imagen urbana opaca la realidad policiaca nacional. A ver: hay 417 municipios en el país que no tienen Policía. De los mil 060 que sí tienen, hay 206 que tienen menos de cinco elementos. El 80% tiene menos de 50 elementos, 90% gana alrededor de siete mil pesos al mes. Para garantizar que los gendarmes municipales tengan un salario garante de subsistencia mínima se necesita la friolera de 900 millones de pesos.

Eso es lo que ha provocado este foro organizado por el doctor Juan Ignacio Hernández: un inquietante diálogo entre la realidad cotidiana de los uniformados que aquí están, por un lado, y los elevados hallazgos teóricos de intelectuales de la Sorbona por el otro. Marco normativo contra la frase dura diaria: “O plata o plomo”. Al final del debate conceptual, estadístico e ideológico quedan varias certidumbres, y yo destaco la menos institucional: pensemos el modelo policial con la mirada de los hombres que queremos que se pongan ese uniforme.

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