El ''tapado'' del Estado de México

El Presidente de México se ha reconciliado con uno de los hombres que operó políticamente para que no llegara a Los Pinos y surgiera un presidente interino que tratara de componer el ánimo político de un país dividido tras la cuestionada elección de 2006. Desde la rectoría de la UNAM, el doctor Juan Ramón De la Fuente cabildeó a favor del interinato y eso le generó la enemistad de quien en ese momento apuntaba a ser presidente electo, Felipe Calderón. En contraste, Andrés Manuel López Obrador, quien hasta lo había nominado como secretario de Gobernación en caso de ganar, lo tuvo en su lista de favoritos.

Por eso cuando a De la Fuente se le mencionaba como posible candidato de la alianza PAN-PRD al Gobierno del Estado de México, los panistas de inmediato respondían que el Presidente no estaría de acuerdo. Ese “veto presidencial” fue levantado a De la Fuente el miércoles 3 de noviembre, cuando Calderón se desarmó en elogios al ex rector, a quien atribuyó la recuperación del prestigio y excelencia de la UNAM tras la toma del CGH, exaltó su “gran aportación al mundo de la ciencia, su vocación de servicio” como emisor “de un gran legado que se seguirá acrecentando”.

Las palabras fueron traducidas por panistas de todo el país como el visto bueno de Calderón para que se explore la candidatura del ex rector al Gobierno mexiquense. La pinza se cerró antier cuando Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno y director de las estrategias electorales del PRD en la era Jesús Ortega, se hizo acompañar del doctor De la Fuente en su visita a la Cámara de Diputados a pedir más presupuesto a favor del Distrito Federal.

Todas las señales apuntan al ex rector como candidato de la alianza PAN-PRD en el Estado de México. Sin embargo, falta una pieza por expresarse públicamente: el PRD mexiquense está dominado por López Obrador y el tabasqueño no sólo no ha actualizado su espaldarazo a De la Fuente, sino que se sostiene enemigo de aliarse con el PAN. Sin López Obrador, el PRD mexiquense es pequeñito. Veremos si el ex candidato presidencial cambia de opinión como ya lo hizo en Oaxaca, donde uno de sus más leales, Gabino Cué, fue el abanderado de la coalición; sabremos si sigue pensando que sería su mejor secretario de Gobernación.

Y si no cuaja, sería la segunda finta para el popular y querido ex rector, a quien a finales de la década de los noventa, el entonces presidente Ernesto Zedillo, para salir del paso, lo sugirió como “tapado” priista, causando tremendas especulaciones que resultaron ser una cortina de humo.

Saciamorbos

En el PAN piensan que la alianza con el PRD para el Estado de México no cuajará, así que sondearán algunas cartas sorpresivas: un naucalpense subastador de bienes en Hacienda, un puma yerno “de lana”... o una escisión del PRI de Peña Nieto.